Arte frente a las esvásticas

Un día de 2016 en el que todo parecía discurrir como en tantos otros, Ibo Omari recibió una visita en Legacy BLN, la tienda de pinturas que regenta en Berlín, que cambió su vida: un hombre sin, según Omari, ninguna pinta de grafitero entró en el establecimiento buscando unos espráis con los que tapar unas esvásticas que habían aparecido pintadas sobre los muros de un parque cercano usado por niños para jugar.

Omari no paraba de darle vueltas a la cabeza, no desaparecía de sus pensamientos la urgente necesidad de actuar frente a esas impunes manifestaciones de nazismo, por lo que decidió hacerles frente "a través del humor y el amor". Así fue como nació en la capital alemana la iniciativa Paintback, primero como aventura solitaria de Omari y más tarde como movimiento global al que se fueron adhiriendo nuevos artistas.

Los artistas pintan sobre esvásticas pintadas en la calle. Foto: Die kulturellen Erben

Estos artistas y activistas pintan sobre las infames esvásticas callejeras dibujos de todo tipo que suelen compartir un tono irreverente y provocador: sudokus, conejos, cubos de Rubik, flores, mosquitos… La semilla del odio hace florecer sobre los muros de Berlín, paradójicamente, manifestaciones de creatividad y color.

Omari y todos aquellos que han seguido sus pasos bajo la etiqueta Paintback se enfrentan a la inanición mental de los nazis con imaginación; contraponen su hambre por crear al reduccionismo; y el grafitero berlinés invita a todo aquel que quera a sumarse a la iniciativa.