Exposición
Jorge Brantmayer en Baiona: fotos entre piel y palabras
Ramuntxo Garbisu
Invitado por la ciudad de Baiona en el marco del festival Les Translatines, el fotógrafo chileno expone una selección de retratos de ciudadanos de Santiago, ofreciendo un encuentro lleno de emociones.
"A lo exterior regresan las cosas en ti ocultas", decía Pablo Neruda. El trabajo del fotógrafo chileno Jorge Brantmayer, que se puede descubrir estos días en Baiona en el marco del festival Les Translatines, nos ofrece una ocasión única para descubrirlo.
Para disfrutar de su proyecto de exposición, llamado "Muchedumbre", habrá que afrontarse primero a aquellos retratos anónimos en negro y blanco expuestos en las calles que bordean el río Errobi, en un País Vasco que ha expulsado ese tipo de retratos de su espacio público (habría que decir, "político", y subrayarlo).
En una ciudad que prefiere encerrar sus tesoros, habrá que apreciar el trabajo de aquellas manos unidas que han sacado el arte de su crepúsculo para ofrecer a los viandantes un momento de silencio en el que el Otro no es ni una pesadilla, ni un sueño, sino una evidencia de amistad.
De esa selección de cuatrocientas fotografías realizadas por Jorge Brantmayer, de aquellos espejos se desprende una infinidad de destinos y de historias sin palabras. Un ejército silencioso de cuerpos cuyos sufrimientos o preguntas no se han callado, y cuyas miradas nos cuentan sin mover los labios que la oscuridad no es un destino sino una línea de combate.
Sus pensamientos y los nuestros se entrelazan, como dos pueblos amantes que se necesitan.
Y lo humano vuelve a florecer, y a aborrecer aún más de aquellos otros espejos que deberían llorar de vergüenza y de terror, desde nuestros debates lamentables sobre la identidad nacional (aquí en Francia) hasta aquellas oscuras nubes de humo (allí), donde el presente tiene los dientes impecables de un director de clínicas privadas que se ha entronizado sin conseguir dominar a un pueblo cuyo furor de vivir no se ha secado.
"Hay palabras que hacen vivir. Y son palabras inocentes. La palabra calor, la palabra confianza. Amor, justicia y la palabra libertad," decía Paul Eluard a su amigo Neruda.
Del 5 al 30 de octubre, en Baiona, por primera vez, y luego, más tarde, en enero, allí, en Santiago, "Muchedumbre" se añade a la lista de aquellas palabras que calientan el alma, como "La palabra coraje y la palabra descubrir. Y la palabra hermano y la palabra camarada".
"No sabía que el alma puede ser fotografiada", dijo hace poco alguien a Jorge Brantmayer tras ver la fotos de "Muchedumbre".
La capital labortana es el primer lugar que acoge esta exposición, y Jorge no para de frotarse los ojos.
"Allí, esto no le interesaba a nadie, todo este trabajo no ha recibido ninguna ayuda, ninguna financiación," nos cuenta Jorge Brantmayer, "pero, esta primicia internacional ha desbloqueado la situación, esta mirada de fuera ha abierto la de ellos".
En enero próximo Santiago acogerá a su vez esta selección de fotografías de personas anónimas. Negros y blancos, burgueses y mapuches, mujeres y hombres, obreros y minusválidos : colgados sobre la pared de un museo o en frente de la exposición, estos retratos suscitarán el mismo calor humano que han suscitado en Baiona durante este mes de octubre.