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''Le Festival'', de cerca

Rosales y Mortensen

Begoña del Teso | Cannes

Hay criaturas hermosas de cuerpo y alma en Cannes, gente que se desfonda las entrañas para soñar, crear, producir cine del grande, del que se apodera de tus sentidos. ¿Un ejemplo? Viggo Mortensen,

Viggo Mortensen participa en "The Homesman". Foto: Efe.

Viggo Mortensen es un espécimen humano mezcla de muchos aires, muchas sangres, muchas lenguas. Fue Alatriste y aparece en la película de Tommy Lee Jones The Homesman que ya está en los cines de Iparralde brutal y seca. Pero es también, como productor, el sostén de un trozo de celuloide argentino que aunque desigual y a ratos desorientado recuerda, con voz propia a Malick, Sokurov o Tarkovski: Lisandro.

En los cines de Biarritz, San Juan de Luz o Bayona, otro filme que hoy copa todas las primeras de la prensa francesa porque lo firman los hermanos Dardenne y lo interpreta una mujer que se atrevió a ser Edith Piaf y a nadar entre orcas: Marion Cotillard. Los tres, enrabietados con esta Europa que destroza los sueños de tantos, brillan en lo más alto en una obra áspera: Deux tours, une nuit.

Godard, el viejo maestro que se ríe del y con el cine con risa de hiena sabia, no ha venido a presentar su trabajo en 3D. Godard es a su manera bronca y por derecho propio, una estrella. Como lo es entre los círculos de iniciados Jaime Rosales, autor de aquel Tiro en la cabeza. En la Quincena de Realizadores, su territorio, ha presentado La belle jeunesse, celuloide desesperado de maneras hoscas pero perfecto.

En esa sección, por cierto, se muestra el filme que inaugura otro festival, el de Annecy de aninación, ¿Título? Le conte de la princesse Kaguya, de Nishimura. Llegará a Lapurdi el 25 de junio.

El cine, un rayo que no cesa.