'ABRACADABRA'
Pablo Berger busca espectadores 'abiertos' para su nueva película
Agencias | Redacción
El realizador bilbaíno estrena el 4 de agosto “Abracadabra”, su tercer largometraje tras “Torremolinos 73” y “Blancanieves”.
Euskaraz irakurri: Pablo Bergerrek ikusle 'irekiak' nahi ditu bere film berrirako
El cineasta vasco Pablo Berger (Bilbao, 1963) estrena el próximo día 4 de agosto su tercer largometraje, "Abracadabra", una comedia "incalificable, inclasificable y tremendamente hipnótica", que requiere de espectadores abiertos de mente para disfrutarla.
"El espectador tiene que venir sin prejuicios y con ganas de ser abducido, entrar en esta montaña rusa y dejarse sorprender", afirma Berger.
Abracadabra cuenta la historia del espíritu sensible de un joven esquizofrénico (Quim Gutiérrez) que acaba dentro del cuerpo de un gañán de Carabanchel (Antonio de la Torre) por culpa de una sesión de hipnotismo con la que un aficionado (José Mota), primo de su deliciosa mujer, Carmen (Maribel Verdú), quería amenizar una boda.
El origen de la historia, explica Berger, está en un momento de su propia vida cuando un amigo suyo se ofreció a colaborar con un hipnotista con la idea de boicotearle el espectáculo, pero "para su sorpresa, y la mía —dice— cayó fulminado tras la palabra Abracadabra. Esa imagen quedó ahí, y yo, que soy más guionista que otra cosa, me puse a escribir".
Berger reconoce su debilidad por el cine de Woody Allen, "sobre todo cómo envuelve a gente normal en situaciones extraordinarias", y en este caso homenajea La maldición del escorpión de jade.
Según Berger, también están en la película la esquizofrenia, el machismo o el maltrato. Para Berger, no puede haber temas tabú, ni los directores pueden "ponerse barreras". "Abracadabra —dice— es un espejo donde el espectador se puede ver reflejado y hacerse preguntas sobre estos temas".
En sus palabras, la película es una "paella" en cuyos ingredientes están "todas mis obsesiones", entre las que cita la "comedia, el drama, el cine social, el esperpento y el sarcasmo". "Al espectador le gusta que la película sea un espejo y esta es una especie de realidad deformada de España", ha dicho.