Entrevista
'En el euskera de ‘Errementari’ ha primado la comprensibilidad'
Natxo Velez | eitb.eus
Gorka Lazkano, responsable del euskera de la película ‘Errementari’, nos habla sobre el trabajo lingüístico de la película, que recupera el euskera alavés del siglo XIX.
Euskaraz irakurri: 'Ulergarritasunak izan du pisu handiena ‘Errementari’ko euskaran'
El director Paul Urkijo lo tenía claro: “Errementari”, que está basada en el cuento popular “Patxi Errementaria” y llegará a los cines este viernes, 2 de marzo, tenía que estar rodada en euskera. Además, al director vitoriano le pareció una gran idea dotar al habla de algunos de los personajes de ciertos aspectos del euskera que se hablaba en Araba en el siglo XIX.
Finalmente, en los 96 minutos de la historia, se pueden apreciar el euskera batua, el dialecto alavés, el habla de Ataun (se trata de un homenaje a Jose Migel Barandiaran, descubridor y divulgador del cuento) y expresiones de la zona de Oiartzun, y, para este arduo trabajo, Urkijo se ha rodeado de dos compañeros de viaje: Gorka Lazkano, responsable de euskera de la película, y el lingüista Koldo Zuazo, autor del libro “Arabako euskara”.
Hemos hablado con Lazkano para saber más sobre su trabajo.
En la película se pueden oír varios euskeras diferentes. ¿Cómo os planteasteis esta cuestión?
Por un lado, están los diferentes tratamientos (hika, zuka, berorika) y registros lingüísticos (habla culta, coloquial…), y, por otro, el uso de los dialectos.
Hemos utilizado cuatro variantes diferentes: los representantes institucionales (los comisarios de la diputación y los demonios) hablan en euskera batua, y las clases populares se expresan en “alavés”.
Por otro lado, el narrador utiliza el euskera de Ataun (en homenaje a Barandiaran, que recogió el cuento “Patxi Errementaria”), y para un quincallero que comercia en el pueblo decidimos utilizar un euskera parecido al que se habla en Oiartzualdea, para denotar que viene de fuera.
Para recrear el euskera alavés que emplean las clases populares os basasteis en los textos del escritor Juan Bautista Gamiz (Sabando, 1696 -Bolonia, 1773). ¿Por qué en los suyos?
De las tres variantes del euskera alavés, Gamiz usaba la más oriental. La película está ambientada en esa zona, en la Montaña Alavesa (los exteriores se grabaron en Korres y Antoñana), a mediados del siglo XIX. De entre todos los textos recogidos, el de Gamiz era el que más se acercaba tanto geográficamente como cronológicamente a la historia.
Pero más allá de eso, lo más importante es que los rasgos de su habla son cercanos al euskera del centro de Euskal Herria, por lo que resultan familiares a la mayoría de vascoparlantes.
¿Cómo has buscado el equilibrio entre que el euskera sea fiel a su origen y que la película resulte comprensible?
En la última decisión, el peso siempre ha recaído en la comprensibilidad, aunque al principio me empeciné más en poder meter más rasgos diferenciadores. En ese trabajo me vino muy bien la ayuda de Koldo Zuazo para decidir qué utilizar y qué no.
Por ejemplo, en las primeras versiones, propuse que en algunas palabras que llevaban “p” y “b” se utilizara la “f” (zufia, zafia…). Más tarde, me di cuenta de que, para hacer comprensibles los diálogos, había que simplificar.
En otros casos, cambié algunas cosas para facilitar su trabajo a los actores. Por ejemplo, me ponía en la piel de los niños actores, y pensaba: “Ya tienen bastante trabajo interpretando para que se lo ponga más difícil con el texto…”. Así que también simplifique la manera de formar las frases.
La intención no ha sido hacer un ensayo filológico. Hemos visto que simplemente añadiendo algunos elementos concretos se podía conseguir ese “toque” que buscábamos.