'Errementari'
Paul Urkijo: 'No temáis mirar al demonio a la cara'
Natxo Velez | eitb.eus
El cineasta vitoriano estrena hoy en las salas de Hegoalde y de todo el Estado “Errementari”, un “cuento gótico” basado en el cuento popular “Patxi errementaria”.
Euskaraz irakurri: Paul Urkijo: 'Ez izan beldurrik demonioari aurpegira begiratzeko'
Si el auge del cine vasco aspira a ser global, ha de ser también plural, crecer tanto a lo alto, en cantidad, como a lo ancho, en variedad. El esplendor es ya palpable, y algunas películas vascas han conseguido hitos impensables hace solo algunos años; “Handia”, por ejemplo, es la película vasca más vista de la historia.
Aún así, para que el florecimiento sea real, la oferta tiene que ser diversa, y el cine vasco necesita películas de todo tipo: documentales, comedias, dramas, animación, thrillers, experimentales… Y también cine de género. Precisamente, Paul Urkijo llega hoy a los cines de Hegoalde con “Errementari”, una película fantástica, un oscuro cuento rodado en euskera alavés antiguo en el que también caben humor, aventura y drama.
Hemos hablado con Urkijo para saber más sobre “Errementari”.
¿Qué te emocionó del cuento “Patxi errementaria”? ¿Cuándo viste que era el momento apropiado para llevarlo a la pantalla?
De pequeño, tenía la mítica versión para niños en la que los demonios aguantaban las maldades de Patxi de una manera muy divertida, y a mí los demonios me caían bien.
Unos años más tarde, los elementos del cuento me parecieron interesantes para hacer un largometraje en el que crear un cuento gótico y fantástico con demonios donde quepan situaciones surrealistas, oníricas y satíricas.
¿Qué elementos del cuento considerabas imprescindibles y qué has aportado de tu propia cosecha?
El cuento, por sí mismo, es bastante breve y simple, y lo más importante para mí era la relación entre Patxi y el demonio: ¿quién es el malo aquí? ¿por qué?
Para todo eso, tenía que encuadrar la historia de Patxi en un contexto histórico concreto, cosa que el cuento no hace, y explicar el origen de su maldad: ¿qué trama el demonio? ¿por qué busca el alma de Patxi?
Finalmente, he añadido muchos personajes a la historia en torno al misterio que planea sobre Patxi y el demonio Sartael. La niña Usue, por ejemplo, es la tercera protagonista de la película, ya que sirve de camino para llegar hasta estos dos oscuros personajes.
En la película has buscado una estética del siglo XIX, oscura y con un toque gótico. ¿Cómo la has plasmado?
Elegí el siglo XIX porque me pareció el periodo más conveniente, tanto en el plano estético como en el narrativo: siempre me ha gustado esa estética, el aspecto de los pueblos de la época, la vestimenta etc. Además, las más famosas historias de terror gótico (Drácula, Frankenstein…) son de la misma época, del periodo victoriano; era, por tanto, perfecta para enmarcar un cuento gótico.
Por otro lado, en lo que se refiere al contexto histórico, en la época posterior a la primera Guerra Carlista existía una clara confrontación entre el nuevo mundo ilustrado y el mundo tradicional y ligado a las supersticiones, situación que los curas de la época aprovechaban para extender por los pueblos pequeños creencias sobre el demonio y el infierno. Así que era también un periodo propicio para servir de marco a una historia sobre demonios.
Ya tenías una larga carrera como cortometrajista. ¿Qué diferencias principales has notado en el paso al largometraje?
En el plano narrativo, la duración de la película está relacionada con la evolución de los personajes. En los largometrajes, tienes más opciones, y puedes profundizar más en los personajes. Por otro lado, a la hora de rodar tienes que ser más fuerte psicológicamente; en nuestro caso, estuvimos rodando durante siete semanas.
Finalmente, desde el punto de vista de la industria, el mercado del largometraje es estable, por lo que, si la suerte te acompaña, puedes vivir de hacer películas, cosa imposible en el caso de los cortometrajes.
Has dirigido a un plantel de primera (Ramon Agirre, Josean Bengoetxea, Itziar Ituño…) capitaneado por Kandido Uranga y Eneko Sagardoy. ¿Qué han aportado a la película estos actores?
Estoy muy contento con el trabajo de todos los actores de la película, tanto de los veteranos como de los primerizos, ya que han dado vida a mi historia.
El rodaje fue duro: en invierno, trabajo muy físico, mucha acción, fuego, lluvia, barro, hierro, prótesis de maquillaje… Y todos ellos lo dieron absolutamente todo; los veteranos, ofreciendo la pasión de un recién llegado.
Kandido y Eneko realizaron un esfuerzo titánico. Tenía secuencias muy difíciles, y mostraron un nivel excelente, tanto en lo profesional como en lo humano. Gracias a todas las caras de la película, el tono del cuento que tenía en la cabeza ahora está impreso en la pantalla.
Además, la joven Uma Bracaglia participa en un papel con bastante peso en la historia. ¿Cómo ha sido trabajar con niños?
Como te he dicho, el rodaje fue muy duro, y el papel de Usue no era para nada fácil. Yo creo que cualquier otro crío no hubiera podido aguantar el rodaje, pero Uma aprobó con nota, y nos ha dado unos de los momentos más bonitos de la película.
Se portó en todo momento con mucha profesionalidad, como alguien que llevara ya años trabajando en el mundo del cine. En lo que respecta a su personaje, hace de vehículo entre dos personajes oscuros, y tiene un gran peso dramático. Casi diría que es la protagonista de la película.
Has facturado una película grande, ambiciosa. ¿Qué trabas te has encontrado en el camino?
Sobre todo, los inconvenientes han venido por la parte de los recursos. En Euskal Herria no existe una tradición de cine fantástico, y, por tanto, faltan muchos medios, aunque existe una infraestructura.
Además, una historia fantástica con mucha acción y efectos es un producto caro. Ante eso, hemos salido adelante con muchas dosis de imaginación, ilusión y trabajo en grupo, ya que hemos manejado un presupuesto bajo. Hay muchas cosas que hemos tenido que hacer partiendo desde cero.
Poco antes de comenzar el rodaje, Álex de la Iglesia y Carolina Bang se unieron al proyecto como productores. ¿Cómo ha sido el trabajo con ellos?
Cuando íbamos a empezar a rodar, Álex se puso en contacto conmigo para decirme que quería participar.
Su papel ha sido el de conseguir más recursos de posproducción y una distribución más potente. En el proceso, he escuchado sus consejos con atención, pero no me ha impuesto nada. Ha sido un placer tenerlo al lado.
Además, no cabe duda de que su nombre ayudará a la distribución de la película.
Habéis cuidado con mimo el texto de la película. ¿En qué versión la podremos ver en Euskal Herria? ¿Y fuera?
Lo hemos grabado en euskera alavés antiguo. Tenía claro que lo teníamos que hacer en un viejo euskera del siglo XIX para que fuera creíble, y lo del euskera alavés es un puntazo, porque creo que dota a la película de una textura muy exótica e interesante pero el texto es, a la vez, totalmente comprensible para todos los vascoparlantes.
Por otra parte, también hemos usado el euskera batua en boca de los representantes institucionales. En el plano narrativo, de esta manera consigues diferentes colores.
En los cines de Euskal Herria, la película estará en euskera, subtitulada en castellano, y a nivel estatal habrá también copias dobladas. Lo haremos teniendo en cuenta las exigencias de cada mercado y la cultura de cada país.
La película ya se ha podido ver en el festival de Sitges y en la Semana de Cine Fantástico de San Sebastián, donde consiguió el premio del público. ¿Qué respuesta habéis recibido?
Muy buena. A mí me daba un poco de miedo porque es mi primer largometraje, y llevo ya seis años con este proyecto.
En la proyección lo pasé fatal (jeje), pero las crítica fueron muy buenas, por parte de los medios y del público. He podido leer cosas muy bonitas, y eso me ha tranquilizado un poco, porque sin el beneplácito del público no podré hacer más películas, y tengo proyectos entre manos… (jeje).
Sabemos que es una película de miedo, pero ¿es “para todos los públicos”? ¿Algún aviso para quien quiera ir a verla? (jeje)
Tiene un montón de ingredientes: cuento, misterio, aventura, miedo, monstruos, pasajes dramáticos y preciosos… Pero tengo que decir que en los festivales la gente se ha reído un montón, ya que tiene mucho humor negro.
La puede ver toda la familia, es la película que yo hubiera querido ver de pequeño.
No temáis mirar al demonio a los ojos… Puede que os llevéis alguna sorpresa, tal y como le ocurre a Usue…