Entrevista
Aritz Moreno: '‘Ventajas de viajar en tren’ es una película muy libre'
Natxo Velez | eitb.eus
El director donostiarra estrena este viernes, 8 de noviembre, su primer largometraje, basado en una novela del escritor madrileño Antonio Orejudo y con un elenco de lujo.
Euskaraz irakurri: Aritz Moreno: 'Oso film askea da ‘Ventajas de viajar en tren’'
El director Aritz Moreno (San Sebastián, 1980) ha asumido un reto de altura para su primera largometraje después de cuatro premiados cortometrajes: llevar al cine “Ventajas de viajar en tren”, una desbordante novela publicada en el año 2000 por el madrileño Antonio Orejudo.
Moreno, de todas maneras, se ha rodeado de un gran elenco para poner en marcha este viaje en forma de largometraje, que llega a los cines este viernes, 8 de noviembre. Encarnan a los curiosos personajes de esta película extrema Luis Tosar, Pilar Castro, Ernesto Alterio, Quim Gutiérrez, Belén Cuesta, Macarena García, Javier Godino, Ramón Barea, Antonio de la Torre e Ingrid García-Jonsson.
Foto: David Herranz.
Hablamos con Moreno, satisfecho del trabajo realizado, sobre esta historia sorprendente que enaltece fervientemente el poder de la ficción por encima de la verosimilitud, cualidad “sobrevalorada”, tal y como reza la película, en la que participa EiTB.
¿Cómo te topaste con la novela de Antonio Orejudo? ¿Por qué te pareció buena idea llevarla al cine?
Al poco de abrir nuestra productora, Señor y Señora, con Leire Apellaniz (productora de la película), ella se leyó el libro y me lo trajo a la oficina. Me dijo que me lo leyera, que estaba muy guay, aunque ella no veía una película en él.
Me lo leí y me encantó, es uno de mis libros favoritos, pero, de alguna manera, yo sí que vi una peli ahí, una película muy especial pero que me gustaba mucho.
Lo que nos atrajo fue toda esa mezcla de géneros y su humor negro tan peculiar. Suponía un reto muy motivador.
La historia de la novela es compleja, con historias intrincadas y una estructura casi caótica. ¿Qué fue lo más difícil a la hora de hacer el guion?
Aunque parezca mentira, lo más difícil no fue este enredo de historias, eso ya nos venía dado en la propia novela. Lo más difícil fue el proceso de selección, elegir qué iba a formar parte de la película y qué se iba a quedar fuera. Hice un primer tratamiento de unas veinte o treinta páginas para hacer un poco ese trabajo, y luego entró en el proyecto el guionista Javier Gullón.
¿Por qué elegisteis a Gullón para la adaptación?
Yo no soy guionista, y le dije a Leire que necesitábamos a alguien potente que hiciera un gran curro. Hicimos una lista de nuestros guionistas favoritos, y, pensando en el tipo de proyecto que era, Gullón estaba el primero gracias al trabajo que había hecho en “Enemy”, donde adapta una novela de Saramago.
Le contactamos por mail, le mandé la novela y nos dijo que sí a la primera. Creo que ha hecho un trabajo increíble, una adaptación muy fiel, cosa que mucha gente creía que era imposible, y los cambios que hemos tenido que hacer están muy bien integrados.
¿Cómo has planteado la propuesta visual para una película tan loca?
Me parecía que la propuesta visual tenía que estar a la altura del contenido, tenía que ser extrema, pero, por el contrario, pensaba que era importante que el tono fuera lo más contenido posible para no desfasar demasiado.
Foto: David Herranz.
Nuestra intención era hacerlo lo más realista posible dentro de la locura que es. Por lo tanto, hay una apuesta importante, un trabajo de cámara muy personal y potente, pero en lo que respecta el tono y a los actores trabajamos en lo contrario, en la contención.
Hablando, precisamente, del tono, la historia aborda temas serios e importantes como la propia locura, los malos tratos, la explotación infantil… ¿Crees que la comedia te ofrece un buen lugar desde el que abordar estas situaciones?
Sí, sin duda. Desde la comedia puedes tocar los temas más serios e, incluso, llegar más lejos con ellos. Nos tomamos muy en serio estos temas, desde la comedia, y la película tiene mucho de denuncia.
La película es exigente con el espectador, tanto en su forma como en su presentación visual. ¿Qué reacciones has recogido en los pases de la película?
La verdad es que muy positivas, y estamos muy contentos. En Sitges gustó mucho, aunque sí que es verdad que es un público más a favor de este tipo de películas y han visto cosas tan gordas que esto les puede saber a poco.
Pero, por ejemplo, el otro día se proyectó en el festival Ópera Prima de Tudela, donde el público era totalmente lo opuesto: había muchos matrimonios y gente mayor. Yo tenía mucha curiosidad y muchísimo miedo, pero, para sorpresa incluso de los propios organizadores, también gustó muchísimo.
Así que va a resultar ser una película “para todos los públicos”
Precisamente cuando la presenté en Tudela dije eso, que la película era un poco especial… Pero luego les encantó. Creo que a veces infantilizamos un poco al público, y no es así, para nada. La gente por supuesto que está preparada para ver este tipo de películas; las agradecen y se divierten muchísimo.
Foto: David Herranz.
En tu primer largometraje trabajas con actores de la talla de Luis Tosar, Belén Cuesta, Quim Gutiérrez, Pilar Castro… ¿Cómo fue el rodaje con ellos? ¿Fue fácil que entraran en una película tan novedosa?
Creo que tuve mucha suerte con todos ellos, porque, además de los mejores profesionales que hay por aquí, son muy generosos, muy buena gente, y desde el primer momento pusieron una confianza ciega en mí que yo todavía no me explico muy bien.
Me ayudaron mucho a la hora de construir sus propios personajes, e incluso dieron ideas y aportaciones para secuencias concretas, dejándose la piel.
Creo que todos ellos sabían desde el guion el tipo de película que queríamos hacer, y desde que dieron ese paso estaban al 100 %.
“Ventajas de viajar en tren” es una exaltación de la ficción. Ante lecturas erróneas de la ficción a las que asistimos últimamente, ¿cómo valoras que a estas alturas sea necesario reivindicar el poder de la ficción?
Yo creo que no es necesario hacer pedagogía, porque creo que todo el mundo sabe qué es ficción y qué no lo es. Y la gente que usa ese argumento es perfectamente consciente de que está haciendo trampa, lo usan para otros fines.
La película es un juguete sobre la ficción, una película muy consciente de que es una película, y te lo está diciendo a la cara todo el rato. Pero, aún así, la gente se deja llevar, y la película te sorprende y te asusta.
El poster ya dice que “la verosimilitud está sobrevalorada”.
¿Qué camino le auguras y le deseas a la película?
Sinceramente, ya estoy satisfecho y muy contento. Hemos hecho la película que queríamos hacer, que era difícil. Es una película muy libre, y que haya podido hacerla de esta manera es una suerte.