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Entrevista

"El objetivo de 'Negu hurbilak' es que cada persona realice su viaje en un hondo mar de dudas y silencios"

Natxo Velez | EITB Media

El largometraje "Negu hurbilak", del colectivo Negu Kolektiboa, llega este viernes a los cines de Hego Euskal Herria, presentando como avales la radical determinación artística de su cuarteto creador y su remarcable periplo por festivales.

Negu Kolektiboa: Mikel Ibarguren, Nicolau Mallofré, Ekain Albite y Adrià Roca

Euskaraz irakurri: "'Negu hurbilak'en helburua da bakoitzak bere bidaia egitea, zalantza eta isiltasunen itsaso sakonean"

Corre el año 2011, ETA anuncia el fin de su actividad y una mujer, interpretada por la actriz Jone Laspiur, permanece escondida en el pueblo de Zubieta, atrapada en una densa y opresiva espera con el objetivo de cruzar la muga en su difuso horizonte.

Esta es la premisa de Negu hurbilak, primer largometraje del grupo Negu Kolektiboa (Ekain AlbiteMikel IbargurenNicolau Mallofré eta Adriá Roca). Esos datos suponen las parcas certezas con las que se topará el público que acuda desde hoy a las salas de cine de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra.

Sobre estos difusos cimientos, los y las espectadoras tendrán que completar una historia de ficción en tres actos, decodificando para ello las parcas alocuciones y los interminables silencios de Jone Laspiur, única actriz profesional de la película, y los y las habitantes de Zubieta, que ejercen de actores y actrices naturales.

Negu hurbilak es, como toda manifestación artística, una película política, pero no lo es, o no principalmente, porque esté enmarcada en el conflicto vasco, sino porque rompe toca convención sin hacer ninguna concesión al mercado o a la comodidad de la o el espectador. ¿Y qué es la política, si no es reforzar o debilitar las convenciones a través de nuestros actos?

Hemos hablado con los directores Ekain Albite y Mikel Ibarguren en vísperas del estreno de la película, en la que participa EITB, y avanzan que "sentimos una necesidad de cambiar o adaptar las cosas".

Ya está aquí la película, pero me gustaría empezar hablando de lo que no oiremos en ella, ya que el silencio, lo que no se dice, tiene una importancia capital en Negu hurbilak. ¿Qué intención dramática esconde la notoriedad que el silencio adquiere en la historia?

Mikel Ibarguren: A pesar de que nos gusten las películas que mantienen los silencios, también existe una clara intención de que aflore esa sensación. Durante el proceso de documentación, hemos analizado que existe, por encima de todo, un gran silencio en torno al tema, y las palabras que hemos hallado son muy precisas.

Por tanto, se trata también deuna forma de mirar a la realidad, que, por otra parte, marca el tono de la película. El objetivo es que cada persona realice su propio viaje junto a Jone, en un profundo mar de dudas y silencios.

La espera podría ser otra de las protagonistas de la película. ¿Cómo se afronta el reto de rodar la falta de acción, en un medio en el que el público espera que ocurran cosas?

Ibarguren: Siendo jóvenes y desde nuestra mirada y nuestro compromiso con el arte, sentimos una necesidad de cambiar o adaptar las cosas; mayor, si cabe, en la actual situación.

Ver esta película puede resultar exigente para mucha gente; no estamos acostumbrados y acostumbradas a dejarnos llevar. Todo está medido, qué hacer y cómo hacerlo. Esto nos conduce a un tipo concreto de consumo, y no podemos olvidar cómo ha sido tratado este tema durante los últimos años: ha habido un esfuerzo por contar historias de aventuras, caos y muertes, de poner todo en mayúsculas, y ha prevalecido el morbo interesado.

'Negu hurbilak'

Nosotros hemos detenido el tiempo, y nos hemos fijado en las heridas.

Este trabajo ha sido construido desde otro lugar, con otras intenciones. Es un recorrido a través de las heridas, y esto exige también otras lecturas.

En la película siempre existe la esperanza de que ocurrirá algo, pero nunca llega. Esa es la senda que hemos recorrido.

En el reverso de esa pausa, aparece la actividad de los y las ciudadanas del pueblo y, permanentemente en la radio, el anuncio, en 2011, del cese de la actividad armada de ETA. ¿Por qué habéis ambientado la historia precisamente en ese momento?

Ekain Albite: Ese tiempo nos pilló en plena juventud. En nuestros recuerdos, aparece como un momento extraño. Asistimos a muchos actos históricos, pero recordamos un gran silencio alrededor de ellos.

Hemos querido sumergirnos en aquel 2011 para responder a ese gigante interrogante que flotaba sobre nuestras cabezas, con el objetivo de hallar alguna certeza en ese mar de dudas. Pero, ante nosotros, solo encontramos silencio. Y esta película también es eso: una reflexión sobre ese silencio y un acercamiento a él.

En las mayoritariamente pausadas secuencias que acompañan al silencio y en la textura de 16 mm de la película destaca la búsqueda de la belleza. ¿Qué lugar ocupa la belleza en vuestra concepción del cine?

Albite: Hemos hablado mucho en torno a la belleza, y nos hemos sentido atrapados por la belleza que esconden el silencio y la pausa de la que ya hemos hablado; la lentitud suponía la mejor respuesta ante el silencio, porque lo que queríamos contar estaba estrechamente relacionado con la lentitud, esa lentitud que llegaba a veces a congelarse.

La película también tenía que adaptarse a esa situación. Nos pareció la mejor manera de realizar una película sobre personas que se quedaron congeladas en las heridas del conflicto.

La actriz Jone Laspiur, en el rodaje de 'Negu hurbilak'

En el primer acto de la película se muestra una serie de imágenes estáticas; después llega la parte dramática; y la película se abre al documental en su última parte, donde se muestra el carnaval de Zubieta. ¿A qué se debe esa estructura?

Albite: La película se encarna en diferentes cuerpos, y en todos ellos se adapta a la narración. La película es más movida a su inicio: llegamos al pueblo junto a la protagonista, y la acompañamos todas las veces que la mueven.

Después, el personaje se comienza a perder en la huida, y la espera se torna en más abstracta; es entonces cuando llega ese parón. Se trata de un proceso de congelación: la linealidad temporal de la historia se disipa por completo, se va perdiendo entre la niebla del paisaje. El espectador y la espectadora también se pierde en ese paisaje, en cierta medida. 

Finalmente, para escapar de ese silencio y esa lentitud, llega el rugido del carnaval, necesario para descargar todo lo acumulado. Todas las heridas guardadas en el interior, toda esa represión, se envuelve en ese ancestral grito.

'Negu hurbilak'

Hablando del carnaval, Zubieta y sus vecinos y vecinas tienen una fuerte presencia en la película. ¿Por qué Zubieta y cómo fue el proceso de introducir a sus vecinos en la historia y roda con ellos y ellas?

Albite: Podríamos decir que todo el proceso de esta película nos ha cambiado la vida. Conocer Zubieta y que su gente nos abra las puertas de sus vidas y sus corazones nos ha transformado. Nos hemos encontrado con otra forma de vida que no esperábamos de ninguna de las maneras.

Nos lo encontramos de repente, y nos agarramos a ello con fuerza. También llegó a cambiar algunas de nuestras formas de ver la vida, y nos surgieron un sinfín de contradicciones. En la película está patente nuestro amor hacia el pueblo y hacia la vida de sus habitantes.

Hacer la película ha sido muy bonito, pero las experiencias vitales que nos ha traído y el hecho de conocer gracias a ella a nuevos y nuevas amigas, eso es increíble.

"Ez nau izutzen negu hurbilak / uda betezko beroan / dakidalako irauten duela / orainak ere geroan" (No me asusta el cercano invierno / en el calor pleno del verano / pues sé que el presente permanece / también en el futuro,), dice la letra de Xabier Lete en la canción "Negu hurbilak" / "Neguaren zai". ¿Veis el cine más como un instrumento para hacer permanecer el presente en el futuro o como un medio para dibujar desde el presen te futuros posibles?

Albite: Negu hurbilak tiene una gran particularidad: aunque esté ambientada en 2011, se trata de una película hecha hoy en día. Esto nos ha permitido ver cómo han cicatrizado todas las heridas abiertas durante todo este tiempo. 

El silencio sobre este tema está totalmente extendido entre la gente que estuvo ahí. También ha servido para romper ese tabú. Para saltar de la actualidad al pasado, y entender desde el pasado situaciones que vivimos en nuestro cercano día a día.

En esta época posterior al fin de ETA, ¿qué espacio o función otorgáis al cine y las artes en general en el relato del conflicto?

Ibarguren: Cada cuál verá qué quiere contar y desde dónde quiere hacerlo.

Ekain y yo sentíamos que la mayoría de historias que se estaban contando eran muy poco sustanciosas, que detrás existían muchos intereses para hacer un producto y difundir un relato concreto.

Como formamos parte de todo esto, debemos tener la valentía de contar a nuestra manera aquello que nos atañe, a pesar de que sabemos que, precisamente, por hacer esa elección el camino puede estar repleto de obstáculos.

En todas las entrevistas de ámbito estatal nos han preguntado por qué es importante para nosotros trabajar este tema, por qué nos hemos atrevido a tratar este tema siendo tan jóvenes.

A muchos otros y otras directamente les dan las gracias por haber mostrado la valentía de escoger este tema. Desafortunadamente, así es como están las cosas.

Por tanto, si no contamos nosotros las historias que nos remueven por dentro, existe un gran riesgo de que lo hagan gigantescas superproducciones venidas de fuera. Existen intereses en todos los ámbitos, y ser consciente de ello supone un gran paso para valorar y cuidar más lo nuestro.

Puede que también halla una gran carencia, dentro de la industria percibimos una gran sensación de orfandad. Y eso es muy triste.

Jone Laspiur, en 'Negu hurbilak'

Antes hemos hablado de la espera, y vosotros también habéis tenido que aguardar hasta ver la película en las carteleras, después de estrenarla en agosto en Locarno. ¿Cómo habéis vivido esa espera?

Ibarguren: Lo cierto es que ha sido un proceso muy largo. Comenzamos este proceso hace tres años.

Al principio era un cortometraje de la escuela de cine, pero la locura y las ganas de diez jóvenes pudieron con todas las dificultades para convertir la historia en una película. Con los medios que teníamos era imposible hacer una película, pero entre nosotros había una especie de confianza en que sería algo muy potente.

Salimos de todo aquello con una película de una hora y media. Estábamos obligados a entrar en la industria cinematográfica. Hemos dado a toda prisa pasos que nunca habíamos dado, y eso genera cansancio.

Terminamos la película de aquella manera, y nos llegó la propuesta de Locarno cuando estábamos a punto de firmar con otro festival. Fue un sueño cómo acogieron la película, cómo nos trataron y la cantidad de puertas que se nos abrieron.

El camino hasta las salas se ha hecho largo; más si cabe, si tenemos en cuenta que se trata de una pequeña y humilde película. Pero el camino que estamos recorriendo mientras tanto en festivales de todo el mundo está siendo maravilloso. Este año estaremos de festival en festival, y todo lo que nos ha llegado de fuera ha sido alucinante.

Estamos deseando de mostrarla aquí y llegar a las salas, pero sabemos que ese no es su lugar natural. Somos soñadores, pero nos tiramos entre nosotros de las orejas para mantener los pies en el suelo y no olvidar nunca la verdadera realidad del proyecto.

¿Cómo se podrá ver la película en los cines?

Ibarguren: Se verá en versión original. Siempre lo hemos hecho así. La película está viajando por todo el mundo, y siempre la hemos proyectado con subtítulos en inglés.

El lugar que el euskera ocupa fuera de aquí es maravilloso: la gente se enamora, y es otra importante base para el éxito de la película.  

El equipo en Zubieta, rodando 'Negu hurbilak'

¿Qué dirías a quien esté a punto de ver la película y qué futuro deseas a Negu hurbilak?

Ibarguren: Tengo poca cosa que decir de antemano. En línea con lo que hemos comentado, hemos colocado unas piedritas en el río para que el público lo atraviese. Lo más interesante es cómo hará su camino cada cual.  

A veces, el público tiene todo dado, y solo tiene que tragarlo. Nos olvidamos de todo el proceso, y tomamos por tonta a la persona que está al otro lado.

Si algo bueno tiene la película, es que hasta ahora muy poca gente ha quedado indiferente.

Y sobre el futuro, pues nosotros en las salas somos los pececillos más pequeños del mar. Y tenemos que hacer nuestro camino partiendo desde ahí.

La película se está moviendo mucho fuera, en festivales que nos hacen mucha ilusión, y ese recorrido nos motiva especialmente. Ver que tu trabajo se valora a lo largo del mundo no tiene precio.

¿Tenéis algún proyecto entre manos desde Negu Kolektiboa? 

Ibarguren: Ahora hemos garantizado el descanso. Pero con todo lo que hemos vivido, puede que a largo plazo nos acabemos arrepintiendo de no subir a este tren que tenemos a nuestro alcance.

Albite: O de haberlo cogido… Quién sabe.

*A partir de este viernes, Negu hurbilak se podrá ver en Pamplona (Golem Yamaguchi), San Sebatsián,Bilbao (Golem Alhondiga y Multicines), Vitoria-Gasteiz (Florida y Gorbeia Zinemak), Portugalete (Dock Cine), Oñati, Durango (Zugaza), Villabona (Gurea antzokia), Doneztebe, Zumaia (Aitamari), Legazpi, Madrid (Cineteca), Barcelona (Zumzeig Cinecooperativa) y Valladolid (Cines Brodway).

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