Entrevista
Pablo Hernando: "Si el misterio no tiene ningún sentido, el espectador va a sentir que le toman el pelo"
Natxo Velez | EITB Media
El cineasta vitoriano lleva desde hoy a los cines de Hegoalde "Una ballena", una película impregnada de un "misterio neblinoso" que protagonizan Ingrid García-Jonsson y Ramón Barea.
Pablo Hernando, durante el prestreno de la película organizado por el festival FANT
Euskaraz irakurri: Pablo Hernando: "Misterioak zentzu apurrik ere ez badu, ikusleak adarra jotzen ari zaizkiola sentituko du"
Después de su paso por Sitges y otros festivales, este viernes, 28 de marzo, llega a los cines Una ballena, tercer largometraje del cineasta Pablo Hernando (Vitoria-Gasteiz, 1986) tras Berserker (2015) y Esa sensación (2016), escrita y dirigida junto a Juan Cavestany y Julián Génisson.
La película, en la que participa EITB, imagina un brumoso, húmedo y misterioso universo en el que una enigmática asesina a sueldo, interpretada por Ingrid García-Jonsson, recibirá un encargo especial por parte de Melville, un gánster local al que da vida Ramón Barea que se disputa el control del puerto.
Hablamos con Hernando sobre esta película para penetrar en el viscoso espacio que abre la película, un film "de misterio pero no de intriga" en la que se cruzan el cine negro, el misterio, la fantasía, la ciencia ficción y el cine de acción.
Una ballena llega a los cines después de pasar, entre otros, por el festival de Sitges, donde tuvo lugar su estreno europeo. ¿Qué reacciones ha cosechado la película en ese periplo por festivales?
Ha ido muy bien. En primavera, se va a juntar el estreno comercial en España con pases en festivales de otros países.
Me he puesto ya un acceso directo a Letterboxd y Filmaffinity.
¿Difiere el vértigo del autor dependiendo de si muestra la película en un festival o, como ahora, al público general? ¿Cómo te enfrentas al momento de entregar la película al público?
El primer pase con público, sea en un festival o en el estreno comercial, siempre es el más intimidante. Aunque cuando llega ese momento la película ya la han visto bastantes personas (productores, distribuidores, conejillos de Indias), la verdad es que nunca sabes cómo va a recibirla el público.
Personalmente, yo en los estrenos lo paso fatal, sufro físicamente durante la proyección y llego a ponerme enfermo, no por nervios, sino porque a esas alturas ya he visto la película mil veces y todo lo que puedo ver es lo que no funciona, todas las partes feas. Después llega lo interesante, que es separarte de la película y ver cómo interactúan los demás con ella.
Precisamente, la tuya es una película muy abierta a la interpretación. ¿Qué tipo de espectador o espectadora tienes en mente a la hora de escribir y dirigir?
Hace poco Nacho Vigalondo hablaba muy bien de esto en Bluesky. Soy incapaz de pensar en tipos de espectador cuando estoy escribiendo, ni siquiera sé qué significa eso realmente.
Cuando estoy escribiendo, la única guía es si eso me gusta, si tiene sentido dentro de la película y si creo que funciona.
Dicho esto, creo que las ideas nunca existen de verdad hasta que no las comunicas. Esa comunicación puede ser con tu yo lector o tu yo espectador, pero creo que para que las ideas nazcan tienen que salir de tu cabeza traduciéndolas del lenguaje de la imaginación a cualquier otro lenguaje: escritura, pintura, música… lo que sea.
'Una ballena'
La película juega continuamente con lo que dice y lo que calla, con lo que muestra y esconde tras la oscuridad. ¿Cuál ha sido la evolución de esa batalla durante las fases de escritura, rodaje y montaje?
La película para mí siempre ha sido la historia de Ingrid. Aunque en paralelo vemos a Melville hacer sus cosas clandestinas, era muy importante que formalmente la película estuviese contada tal y como Ingrid percibe el mundo. La batalla en ese sentido solo ha estado en el montaje y en el trabajo de sonido.
Una ballena es una película de misterio, pero no es una película de intriga. No hay un detective que esté investigando y vaya desvelando información para el espectador. El misterio es otro, más neblinoso.
¿Cómo se articula el equilibrio entre poder de evocación y verosimilitud? ¿Qué importancia, qué poder y qué riesgos tiene este juego?
El mayor riesgo del misterio es la arbitrariedad. Si el misterio no tiene ningún sentido, si no hay nada detrás o no apunta hacia algo más profundo que lo que se ve en su superficie, el espectador va a notarlo y va a sentir que le toman el pelo.
Una ballena puede ser una película densa, pero no es impenetrable. Es algo que está siendo muy bonito descubrir en los coloquios después de las proyecciones o leyendo los comentarios de gente que la ha visto.
Algunas de mis películas favoritas no las entiendo del todo o me ha costado varios visionados entenderlas de verdad. La clave está en que como espectador puedes estar perdido pero nunca puedes dejar de sentir que la película te está conectando con algo. Para mí eso es lo más valioso que hay.
Pero, claro, también hay películas que son crípticas en el mal sentido, por incompetencia o cobardía.
Ingrid García-Jonsson
En el caso del personaje de Ingrid (Ingrid García-Jonsson). ¿Cómo habéis trabajado su interpretación para conseguir un resultado tan hierático y poco emocional?
Es muy difícil interpretar el vacío, y tampoco conozco muchos actores que sean buenos simplemente mirando, ni tampoco que sean interesantes de ver si no están haciendo nada.
Uno de los superpoderes que tiene Ingrid como actriz es que, incluso cuando no está haciendo nada, nunca es inocua. Siempre hay algo dentro, algo difícil de definir. Algo raro.
Por eso escribí el guion pensando en ella. De su trabajo en la película solo puedo hablar con total admiración.
El otro actor principal de la película es Ramón Barea. ¿Por qué lo elegiste y cómo ha sido trabajar con él para crear el personaje de Melville?
Ramón es un actor que inmediatamente establece una conexión con el espectador. Hay algo cercano y entrañable en él. Es familiar y a la vez carismático, sin ser arrogante. Tiene, además, una voz y una presencia que vienen muy bien cuando el personaje se llama Melville, que sin cierta épica resultaría bochornoso.
Ramón Barea, en 'Una ballena'
El personaje tiene una relación con algunos elementos fantásticos que creo que al principio desconcertaron un poco a Ramón, pero puede que también fuese algo que le atrajera del proyecto.
Durante la preproducción creo que vio que mi intención era anclar el personaje en la normalidad, sin intentar elevarlo o hacerlo "de género", y a partir de ahí todo fue muy fácil.
En "Una ballena" hay cine negro, fantasía, acción, ciencia ficción… ¿Cómo te enfrentas a las convenciones de cada uno de estos géneros y hasta dónde te permites romperlos?
La verdad es que no he pensado en nada de eso al hacer la película. La premisa sí que nace de una reflexión sobre el arquetipo del asesino solitario, pero es un punto de partida y nada más.
Ni el trabajo de escritura ni las conversaciones con el resto del equipo han girado en torno a las etiquetas, ni nos hemos apoyado en lo que se espera de esos géneros. No hay ninguna subversión aquí, tan solo un pasar de largo.
¿Tienes algún otro proyecto entre manos del que nos puedas adelantar algo?
Quiero rodar una cosa esta primavera, algo ágil y familiar.
Además de eso, tengo varios guiones que me gustaría rodar. Pero no sé cuál será la siguiente que haga porque no depende de mí, depende que aparezca un productor interesado.