Producida por Almodóvar
'Relatos salvajes': el límite como punto de partida
Natxo Velez | eitb.eus
El director argentino Damián Szifron presenta en San Sebastián una desbocada película compuesta por seis vertiginosos relatos sobre el placer de responder a humillaciones y atropellos.
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"Relatos salvajes", película proyectada en la sección Perlas que ha compartido hoy protagonismo en el Zinemaldia con “Lasa eta Zabala”, presenta seis apabullantes episodios, ensartados en la obra unitaria a través de incesantes dosis de humor negro y un tono compartido en todo el metraje, sobre cómo afrontamos esas situaciones límite ante las que tantas veces nos pone la vida; la vida o eso que pasa mientras nos ahogan la exigencia y la competitividad salvajes, la burocracia, la corrupción y otras perpetuas epidemias.
Damián Szifron (“Tiempo de valientes”…) viste de bárbara comedia su mirada a la oscura y trágica realidad, y nos presenta a unos personajes que se enfrentan como pueden y quieren a enfados cotidianos y reconocibles por el espectador, apoyado en unas muy inspiradas interpretaciones de un grupo de actores de lujo (enormes, Leonardo Sbaraglia y Érica Rivas).
Con ecos tarantinianos (impagable, el diálogo en la cocina del segundo relato entre las dos mujeres protagonistas), tintes de road movie y aroma a antología de cuentos breves (Szifron cita como referencia la serie de Spielberg "Cuentos asombrosos"), esta comedia, éxito generalizado en Argentina y producida por los hermanos Pedro y Agustín Almodóvar (El Deseo), pone ante nuestros ojos a ciudadanos que disfrutan a su manera de la liberación ante la agresión.
El público asiste a un desfile de empáticos personajes engullidos por el vacío del abismo al que se han visto arrastrados pero que patalean ante la inminente caída, cansados ya de poner la otra mejilla.