“Gure oroitzapenak”
12 maneras de adentrarse en el universo literario de Joseba Sarrionandia
Natxo Velez | eitb.eus
La película colectiva “Gure oroitzapenak”, en la que doce cineastas interpretan la obra del escritor de Iurreta, llega hoy al Festival de Cine de San Sebastián.
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Euskaraz irakurri: 12 sortzaile, Joseba Sarrionandiaren unibertsoan barrena
Todo surgió hace dos años en la cabeza de Angel Azkarraga Matxitxa. Fue este antiguo manager de multitud de grupos vascos (Itoiz, Ruper Ordordika, Negu Gorriak, Su Ta Gar…) quien apostó por llevar a la gran pantalla la literatura de Sarri, Joseba Sarrionandia. Según nos explica Lutxo Egia, productor de la película, fue el propio Matxitxa quien bautizó la obra y propuso el número de directores.
Han sido doce los creadores que han tratado en “Gure oroitzapenak” de proponer al espectador su mirada sobre el inabarcable universo literario del creador vizcaíno, quien, paradójicamente, ha carecido de imagen durante tres décadas, ya que solo lo hemos conocido por una vieja foto tomada en la década de los 80. Los participantes son Oskar Alegria, Özcan Alper, Asier Altuna Iza, Mireia Gabilondo, Eugène Green, Itziar Leemans, Josu Martinez, Fermin Muguruza, Ane Muñoz Mitxelena, Maider Oleaga, Carlos Machado Quintela y Maialen Sarasua.
Cada uno de ellos ha tenido “total libertad”, según nos explica Egia, para adentrarse en la obra de Sarrionandia y elegir cualquier obra, poema o palabra. “Gure oroitzapenak” muestra, por tanto, una lectura de su obra literatura en la que caben el mar, el puerto, la infancia, los trenes, el desarraigo, la huida, el vagar, el destierro, la guerra, la destrucción, el amor, la deriva, el dolor, la fantasía, el misterio, la iniciación, la tortura…
Hemos hablado con cuatro de los directores participantes en la película, Carlos Machado Quintela, Itziar Leemans, Mireia Gabilondo y Oskar Alegria, para saber más sobre “Gure oroitzapenak”.
¿Cómo conociste la obra de Joseba Sarrionandia? ¿Qué es lo que te atrajo de su escritura?
Lo conocí primero a él y luego me regaló dos libros, ambos de poesía. A partir de ese día, nos vimos más a menudo y conversamos sobre un poema en concreto, “Evaluación de la oscuridad” (“Iluntasuna neurtzen”) y de su vida.
¿Qué parte del universo literario de Sarrionandia has querido llevar a la pantalla? ¿Qué no podía faltar en la película?
Llegamos a un consenso porque a mí me interesaba mucho más lo que no había escrito sobre su vida que lo que encontré en sus dos libros de poesía. Entonces me apropié de algo que me contó y de un poema que escribió por los años 90, una época de crisis en donde los apagones eran muy frecuentes y duraban más de 8 horas. El poema estaba inspirado en la dependencia que tenemos de la corriente eléctrica y en cómo siempre nos interrumpe que llegue o se vaya la electricidad.
Gracias a un amigo común y a nuestros encuentros, también sentí que, en cierta forma, él nunca había salido de aquel altavoz en el que se fugó de prisión. Sarri es vasco hasta el tuétano, un vasco que vive en la Habana y que mantiene sus formas vascas intactas. Utilicé el altavoz para fortalecer su identidad; el poema que me sugirió, por placer, y otros ingredientes cubanos, para acercarlo a mi época.
En tu opinión, ¿qué se pierde y qué se gana al llevar la obra escrita a la pantalla?
Cuando se intenta plasmar algo en la pantalla, creo que casi siempre se pierde más de lo que se gana. En este caso, prefiero decir que lo que gané fue una hermosa frase en un email que recibí de su parte: “Nos hemos sonreído porque el corto, dentro del tono vasco-serio de los demás trabajos, tiene esa forma de ver la vida de los cubanos”.
Itziar Leemans
¿Cómo conociste la obra de Joseba Sarrionandia? ¿Qué es lo que te atrajo de su escritura?
Conocía la obra de Sarrionandia por su fama, pero nunca la había leído. Comencé a leer sus poemas al entrar al proyecto “Gure oroitzapenak”, y fue un descubrimiento muy hermoso.
¿Qué parte del universo literario de Sarrionandia has querido llevar a la pantalla? ¿Qué no podía faltar en la película?
Los poemas de la cárcel son los que más me han emocionado en su última antología, tienen una fuerza especial. Creo que los poemas que denuncian la tortura no podían faltar en “Gure oroitzapenak”.
En tu opinión, ¿qué se pierde y qué se gana al llevar la obra escrita a la pantalla?
Es un ejercicio muy difícil partir de la literatura o de un poema para hacer un cortometraje. Se interpretan las palabras, y el lector es totalmente libre para hacer su propia interpretación de lo que tiene en su cabeza.
Pero el cine impone una imagen al espectador, y lo más complicado es dejar al espectador un pequeño espacio para que complete el mensaje de la película.
Además, mi cortometraje se puede entender de dos maneras: los optimistas pensarán que el preso ha conseguido fugarse, mientras que los pesimistas pensarán todo lo contrario, que nunca ha salido de la cárcel y que ha muerto allí.
Ese era mi objetivo, dejar libertad al espectador para completar el mensaje de la película de la misma manera que lo hace un lector frente a un poema.
Mireia Gabilondo
¿Cómo conociste la obra de Joseba Sarrionandia? ¿Qué es lo que te atrajo de su escritura?
Creo que lo conocí de pequeña, inconscientemente, como autor de las letras de algunas canciones de Mikel Laboa y otros autores, tal y como comprobé más tarde al comenzar a leer sus libros.
Después, lo primero que leí de Sarrionandia fue “Gartzelako poemak”.
Siempre digo que cuando encuentras un escritor así te das cuenta de que alguien ha puesto en palabras aquello que tú tienes dentro. Eso fue lo que me ocurrió.
Y otras veces ocurre que encuentras escrito aquello que nunca habías pensado. Esa es la parte que más me atrae del arte, y con Sarrionandia me ocurrió desde el principio; su escritura me es muy cercana, parece escrita para mí.
¿Qué parte del universo literario de Sarrionandia has querido llevar a la pantalla? ¿Qué no podía faltar en la película?
En cuanto me llamaron me vino a la cabeza el poema “Propostas para a definição do exilio”.
Hace diez años, en una de las colaboraciones que hemos hecho Tanttaka y Kukai, utilicé este poema sobre el destierro con música de Iñaki Salvador y la voz de María Berasarte, y, como ya tenía musicalizado este poema, me pareció que era adecuado para hacer mi cortometraje.
Fuimos a rodarlo a Lisboa, y la película está basada en esa canción. Hemos contextualizado el poema en la actualidad.
En tu opinión, ¿qué se pierde y qué se gana al llevar la obra escrita a la pantalla?
No sé qué es ganar y qué es perder. Diría que cuando se concreta una lectura muchas veces no coincide con la lectura de otra persona, pero me parece que ahí reside la riqueza de la poesía.
Es así como entendí este proyecto: cada director teníamos que pasar por nuestro filtro una parte del universo de Sarrionandia, y me parece muy enriquecedor. Habrá espectadores que sientan más cercana la mirada de alguno de los directores, otros la de otros…
El espectador conocerá doce miradas más sobre la obra de Sarri, además de la suya propia.
¿Qué recomendarías a quien quiera acercarse a la obra de Sarrionandia?
Se puede comenzar por cualquier lugar. Como te he dicho, “Gartzelako poemak” me parece un gran libro. Yo para trabajar he utilizado mucho “Hnuy illa nyha majah yahoo”. Es una pequeña antología que me parece muy sugerente y hermosa.
Oskar Alegria
¿Cómo conociste la obra de Joseba Sarrionandia? ¿Qué es lo que te atrajo de su escritura?
Conocí la literatura de Sarri en castellano, leyendo “No soy de aquí”, ya que por entonces no era capaz de leer en euskera, y fue ahí, aún sin que fuera el texto original, donde descubrí que las telarañas eran espacios en los que resolver las dudas de la poesía.
¿Qué parte del universo literario de Sarrionandia has querido llevar a la pantalla? ¿Qué no podía faltar en la película?
La naturaleza, me parece imprescindible en cualquier trabajo inspirado en su obra. El mar aparece muy frecuentemente en sus escritos, quizás en demasiadas, relacionado con los viajes o los sueños. La memoria, en contraposición, está en la tierra, en los mapas y entre baserris; por eso he elegido tierra firme. Y la nieve, cuando viste todo de blanco y desaparece la tierra.
En “Hotza” aparece un poema suyo de Alaska ubicado en Baja Navarra, y demuestra que los perros que tiran de los trineos en aquellas tierras tienen algo que decir también en nuestro paisaje agrario.
En tu opinión, ¿qué se pierde y qué se gana al llevar la obra escrita a la pantalla?
Dicen que cuando se le puede poner música a una poesía, mala señal, como si a esa poesía le faltara algo. Podría ocurrir lo mismo con el cine y la imagen, porque si una poesía carece de imagen, tanto mejor. Si ofrece miles de lecturas, tanto mejor.
En mi caso, no he dibujado ni he llevado al cine un poema completo, sino una línea o verso que esconde un interrogante, un interrogante sin respuesta.
¿Qué recomendarías a quien quiera acercarse a la obra de Sarrionandia?
Que coja el coche, ponga un disco de Ruper y recorra alguna de las remotas carreteras de nuestro paisaje antes de que se disipe la niebla.
*Tras exhibirse en el Zinemaldia, ”Gure oroitzapenak” llegará a los cines vascos el 10 de octubre. Ese mismo día se estrenará en Iparralde, y el día 19 lo hará en las cuatro capitales de Hegoalde.