Teatro
'El principio de Arquímedes': el mundo cabe en una piscina
Redacción
El Teatro Arriaga ofrece del 29 de octubre al 2 de noviembre esta obra del autor catalán Josep María Miró i Corominas, dirigida por Carlos Panera. Se representará en euskera y en castellano.
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“El principio de Arquímedes” / “Arkimedesen printzipioa” se representará en el Teatro Arriaga los días 29, 30 y 31 de octubre y el 1 y 2 de noviembre, tanto en euskera como en castellano, con dos elencos distintos; Tessa Andonegi, Eneko Sagardoy, Xabier Ortuzar y Aitor Fernandino participarán en las sesiones en euskera, y Lola Baldrich, Javier Pereira, Alvar Gordejuela y Gorka Mínguez lo harán en castellano.
Josep Maria Miró i Coromina, el escritor de la obra, sitúa “El principio de Arquímedes” dentro del ámbito clorado de una piscina municipal, “parábola perfecta de nuestra sociedad aséptica hasta el exceso, a partir de un hecho que no sabemos si es real o no”. En ella, presenta una historia sobre la psicosis social en la que nos movemos y los juicios paralelos.
Todo parece ir bien hasta que una niña dice creer haber visto al entrenador del grupo infantil de natación darle un beso en la boca a un niño. ¿Se trata de un beso inocente en la mejilla, como no se cansa de repetir el entrenador o había realmente una intención morbosa?
La directora del centro recibe la queja de un grupo de padres, quienes, alertados por un reciente caso de pedofilia en un casal próximo, sospechan del comportamiento del monitor. Este defiende firmemente su inocencia, pero la sentencia ya está dictada antes de que ni siquiera tenga tiempo de explicarse públicamente.
Las dudas llegan hasta su jefa y a su amigo y compañero de trabajo. El padre del niño lidera la intolerante actitud de las familias que tienen a sus hijos en el club. Su discurso se mantendrá siempre enfrentado con el del centro, que defiende al entrenador
No se trata realmente, según sus responsables, de una obra sobre la pedofilia, sino que "va más allá, entrando de lleno en la enfermiza psicosis social que nos rodea". Entre otras cosas, muestra, en la senda de la película danesa “La Caza”, cómo el miedo a perder una determinada seguridad genera violencia.