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Entrevista

Cecilia Solaguren: ''Los años rápidos' cuenta algo importante y comprometido'

Natxo Velez | eitb.eus

La actriz basauriarra es parte del elenco de “Los años rápidos”, obra escrita por Secun de la Rosa que se representa este jueves, 15 de febrero, en el teatro Jesús Ibáñez de Matauco, en Vitoria

Euskaraz irakurri: Cecilia Solaguren: 'Istorio inportante eta konprometitua da ‘Los años rápidos’ lana'

El teatro Jesús Ibáñez de Matauco acoge este jueves, 15 de febrero, a partir de las 20:30 la representación de la obra Los años rápidos, obra escrita y dirigida por el también actor Secun de la Rosa.

En tres escenas, la obra se adentra en la historia de una familia de clase trabajadora durante diferentes épocas, y muestra cómo un piso puede ser herencia política, afectiva y emocional para los miembros de la familia que lo ha habitado.

En el reparto, participa Cecilia Solaguren, actriz basauriarra con la que hemos hablado para saber más sobre la obra.

¿Qué se va a encontrar quien vaya a la representación de Los años rápidos?

Se va a encontrar con una historia en la que va a reconocerse en algún momento con alguno de los personajes. Y todo esto con mucho humor y con algo de misterio, hasta que se desvela un hecho. Encontrarán muchas cosas reconocibles: la casa, los personajes, los muebles, la música… Todo va a resonar en el público de alguna manera.

Es una obra breve pero que queda, según las críticas, en la memoria del espectador. ¿A qué crees que se debe?

Creo que en el teatro es importante la implicación con la historia. La gente que nos ha visto nos dice que le hemos transportado a otra época, a otro espacio, que les hemos hecho viajar a algún lado.

La historia es fuerte y reconocible, y los personajes son tan humanos que con alguno siempre te enganchas.

¿Qué es lo que más te sedujo del texto escrito por Secun de la Rosa?

Cuando Secun me pasó la función, me quedé fascinada con el personaje de Angelita y con la situación que viven las hermanas.

Angelita pasa por muchas emociones, es un personaje muy real y es posible encontrarte con una Angelita en cualquier ciudad: se hace responsable de toda una situación familiar, cuida y sufre a su familia a la vez.

Me fascina cómo Secun combina en sus textos humor, realidad y drama.

¿Te encuentras más cómoda en este tipo de papeles intensos o prefieres obras más ligeras?

Me siento cómoda cuando la historia me gusta y cuenta algo interesante, la ligereza y la intensidad son estilos que pueden coexistir en una misma obra.

Lo importante es, para mí, lo que cuenta y cómo lo cuenta. Aquí contamos algo importante y comprometido, que ha podido pasar en muchas familias, y para mí es muy necesario creer en la historia para comprometerme con ella.

¿Cuál es el equilibrio adecuado para ti entre el entretenimiento y el teatro comprometido?

Lo ideal es poder hacer volar al espectador al mundo que proponemos desde el escenario y que durante un rato olvide su propia vida, que se conmueva de alguna manera.

Hay espectáculos de todo tipo, y si la gente sale del espectáculo con más ligereza, habiendo olvidado su vida por un rato, objetivo cumplido. Pero yo busco que la historia cuente algo más y vaya más allá en su discurso; es la única manera de mantenerme con curiosidad y descubrir cosas nuevas en cada función.

La obra habla sobre lo que nos condiciona, a pesar de que lo rechacemos. ¿Por qué nos es tan difícil cerrar heridas y deshacernos de las cargas del pasado?

Es difícil cambiar, sobre todo en el ámbito familiar. La familia es el grupo humano más complejo, intenso y difícil que hay, creo.

A veces, nos aferramos a nuestra verdad, a nuestra experiencia, y la persona que tenemos al lado vive lo mismo que nosotros, pero de una manera completamente diferente; estamos cerca pero lejos en nuestras mentes.

Lo complicado es entender que cada uno vive las cosas de una manera diferente y que aún así podemos estar juntos, no querer cambiar al otro y entender que las sensaciones y las mismas experiencias nos pueden llevar a sitios muy diferentes, y que eso está bien. Tenemos que estar abiertos a muchas posibilidades.

También eres productora de la obra. ¿Corren buenos tiempos para el teatro? ¿Con qué dificultades os habéis encontrado para llevar adelante la obra?

La obra es una joya. Cuando Secun me propuso producir con él, no lo dudé. En nuestra profesión hay algo de riesgo que siempre hay que correr: no sabes cómo saldrá, pero confías.

Los buenos tiempos para producir no te los garantiza nadie, hay que correr riesgos o no. Y yo en este caso lo tuve claro.

Nos encontramos con mucho trabajo para sacar adelante una función así. Es cierto que ha gustado mucho y tenemos mucha gente que nos apoya, pero son miles de cosas, desde temas de papeleo hasta vestuario, ensayos viajes… Es laborioso y fascinante.

¿Es especial para ti representar en Euskal Herria?

¡Muy especial! Siempre viene gente que conozco, familia, amigos… Y esa mirada de gente que me conoce bien me da un plus de nervios, es como desnudarme más.

Tengo que estar más centrada si actúo ante los míos: gente de la ikastola que me conoce de una manera y ahora me ve de otra, aita y ama, la tía Dori…

¿Tienes algún otro proyecto entre manos ahora mismo?

Estoy con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que venimos a Gasteiz el 15 de marzo con La dama duende, y hay por ahí cosas de cine y tele que se tienen que concretar.

Y con Los años rápidos estoy con mucha ilusión de poder hacer una buena gira y poder estar en algún teatro en Madrid durante unos meses.