supuesta falsificación
Así ha transcurrido el juicio del caso Iruña-Veleia
EITB.EUS
En el proceso, que arrancó el pasado 3 de febrero, están acusados el exdirector del yacimiento y uno de sus colaboradores. El geólogo Óscar Escribano reconoció su culpabilidad y declaró como testigo.
Euskaraz irakurri: Horrela izan da Iruña-Veleiaren auziaren epaiketa
El Juzgado de lo Penal número 1 de Vitoria-Gasteiz ha dejado este miércoles visto para sentencia el juicio por la supuesta falsificación de unos grafitos en el yacimiento arqueológico alavés de Iruña-Veleia. En el proceso, cuya vista oral arrancó el pasado 3 de febrero, se han sentado en el banquillo de los acusados el exdirector del yacimiento alavés, Eliseo Gil, y uno de sus colaboradores, el físico Rubén Cerdán. El tercer acusado, el geólogo Óscar Escribano, llegó a un acuerdo con la Fiscalía y la acusación y reconoció su culpabilidad, declarando como testigo.
Eliseo Gil se enfrenta a una petición fiscal de 5 años y medio, por un delito continuado sobre el patrimonio histórico y otro de estafa en concurso con el delito de falsedad en documento privado y de manera alternativa autor por omisión de esos delitos. Entretanto, la Fiscalía ha solicitado 2 años y medio para Rubén Cerdán, por un delito continuado de estafa en concurso con otro de falsedad en documento privado. La acusación particular, ejercida por la Diputación Foral de Álava, se ha adherido a la alternativa introducida por la Fiscalía pero ha mantenido su solicitud de cárcel para Gil que asciende a 7 años y medio y de 3 años y 9 meses para Cerdán. La defensa solicita la libre absolución de ambos.
El geólogo Óscar Escribano llegó a un acuerdo con la partes y reconoció, durante el primer día de juicio, que falsificó uno de los grafitos, aunque precisó que lo hizo a modo de "broma". Por ello, fue condenado a un año de cárcel (evitará su entrada en prisión) y al pago de una multa de 2.232 euros como autor de un delito contra el patrimonio. Declaró como testigo.
El juicio arrancó, precisamente, con este acuerdo y con la declaración de los dos acusados, quienes defendieron su inocencia. Eliseo Gil, historiador y exdirector del yacimiento, negó haber alterado las piezas localizadas entre 2005 y 2006, y afirmó que "no se ha demostrado su falsedad científicamente".
El físico Rubén Cerdán también negó haber falsificado los informes que elaboró sobre los hallazgos de Iruña-Veleia o haber copiado gráficos procedentes de otros trabajos. A su juicio, las acusaciones que se han vertido en su contra responden a una "venganza" de personas que pudieron verse perjudicadas por determinados expedientes técnicos que efectuó en su día por encargo de una institución municipal.
La arqueóloga y excodirectora de las excavaciones en Iruña-Veleia, Idoia Filloy, quien declaró como testigo, vino a corroborar el testimonio de Gil subrayando que no hay "unanimidad científica" sobre la falsedad de los grafitos. Además, aseguró que nadie del equipo que participó en las excavaciones entre 2005 y 2006 puso en duda la autenticidad del material encontrado, ni la metodología usada. En la misma línea, Ainhoa Gil, hermana del exdirector del yacimientos, explicó que los tres arqueólogos que denunciaron irregularidades "celebraron" los hallazgos y nunca manifestaron duda sobre la veracidad de lo encontrado.
Muy diferente fue el testimonio ofrecido por los arqueólogos Miguel Ángel Berjón y José Ángel Apellániz, quienes en su día trabajaron a las órdenes de Eliseo Gil y en un momento dado abandonaron el yacimiento y denunciaron "irregularidades". Tanto Berjón como Apellániz aseguraron que los grafitos fueron descubiertos durante el proceso de lavado de las piezas y no durante la excavación, y denunciaron la metodología utilizada, que no aseguraba "la trazabilidad".
Varios trabajadores del yacimiento en plena labor. Foto obtenida de un vídeo de ETB
Otros arqueólogos y extrabajadores del yacimiento, Raúl Sánchez, Xabier Reparaz y Daniel Vallo realizaron declaraciones similares y subrayaron que, en su opinión, las piezas fueron falsificadas. Reparaz, por ejemplo, extrajo una de las piezas en la que posteriormente se encontraron grafitos, y subrayó que cuando él la examinó no tenía nada de especial. "Eso es imposible", pensó cuando se publicaron los hallazgos. Vallo explicó, por su parte, que todos los grafitos "extraordinarios" aparecían siempre tras el proceso de lavado, que llevaba la hermana de director del yacimiento, Eliseo Gil.
Por su parte, Iker Filloy, hermano de Idoia Filloy y el encargado de gestionar la cuentas de Lurmen —empresa concesionaria del yacimiento—, manifestaron que la empresa carecía de un interés económico directo en los descubrimientos del mismo.
Turno de los expertos
Tras las declaraciones de los testigos fue el turno de las testificales de los peritos. Los primeros en declarar fueron los ertzainas que participaron en la investigaron del caso. Uno de esos agentes aseguró que constataron "una concatenación de perplejidades, irregularidades, anomalías e indicios de criminalidad de todo tipo" y llegó a "la convicción judicial de que lo ocurrido es una de mas mayores falsificaciones y/o manipulaciones realizadas sobre materiales arqueológicos del mundo romano". Además, garantizó la correcta custodia de las piezas, que la defensa puso en tela de juicio.
Por su parte, tres calígrafos, dos peritos de la Ertzaintza y una experta de la Diputación, declararon que no pudieron concluir que Eliseo Gil hiciera las inscripciones sobre los grafitos, pese a que éstos presentaban "coincidencias morfológicas muy relevantes, llamativas y elocuentes".
Mucho más contundente fue el testimonio de otro perito calígrafo que compareció al día siguiente, quién declaró que el exdirector del yacimiento alavés de Iruña-Veleia Eliseo Gil fue "la mano" que hizo los presuntos grafitos falsos en el lugar. El experto explicó que cada uno tenemos una forma "personal" y "única" de escribir, por lo que aunque se esté copiando "siempre la forma propia de escritura". La defensa cuestionó el informe de este perito al argumentar que usó el editor Photoshop como instrumento de comparación.
También compareció una técnica de Patrimonio del Gobierno Vasco, quien ha explicado que ella hizo, a petición de una superior, una valoración en "abstracto", "genérica", de las piezas cerámicas dañadas, que superó "ampliamente los 600 euros por pieza".
Ya en la recta final del juicio declaró un geólogo del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), quien aseguró que la "falsificación en algunas piezas es extremadamente burda". El experto examinó 39 piezas cerámicas (supuestamente, se efectuaron grafitos falsos en 476) y concluyó que "no hay duda" de que 35 de ellos son "de origen contemporáneo".
En contraposición, y a petición de la defensa, comparecieron dos grafólogos que concluyeron que los supuestos grafitos falsos no fueron obra de Eliseo Gil. Los peritos pidieron al exdirector del yacimiento hacer un cuerpo de escritura sobre trozos de cerámica con un punzón, que luego compararon con los grafitos supuestamente falsificados. Según explicaron, la simetría, las curvaturas, la presión y la orientación de los trazos de las muestras hechas por Gil y los presuntos grafitos falsos son "completamente diferentes".