Coronavirus
Los agentes culturales prevén un 40,8 % menos de ingresos anuales
eitb.eus
Es un dato que recoge un informe del Observatorio Vasco de la Cultura que tiene como objetivo calibrar la incidencia de la crisis del coronavirus en el ámbito cultural.
Euskaraz irakurri: Kultur eragileek urteko diru sarrerak % 40,8 gutxiago izatea aurreikusi dute
El último informe del Observatorio Vasco de la Cultura, servicio dependiente del Departamento de Cultura y Política Lingüística Gobierno Vasco, recoge que los agentes culturales prevén un 40,8 % menos de ingresos anuales de los que esperaban con anterioridad a la expansión de la COVID-19.
En este mismo estudio, además, los propios agentes indican que la actividad se ha visto afectada en un 82,6 %, ya que únicamente se ha podido preservar actividad interna de las empresas culturales.
Estos resultados se desprenden de la primera oleada de recogida de datos del informe Observatorio de la crisis, impulsado por el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco, con el objetivo de calibrar la incidencia de esta crisis en el ámbito cultural.
Esta primera oleada tuvo lugar entre el 9 y el 26 de abril, y participaron 243 agentes culturales.
Situación previa
Atendiendo al contexto de la cultura con anterioridad a la COVID-19, se aprecia que existía “una tendencia positiva”, especialmente en ámbitos como la asistencia a conciertos o las artes escénicas.
En esta línea, en relación a las valoraciones a la situación previa a la COVID-19, destacan las percepciones positivas de la mayoría de agentes: la suma de agentes que consideran que la situación era buena o muy buena se sitúa en un 57 % (40,2 % buena y 17,1 % muy buena).
Por el contrario, para el 20 % de los agentes la situación previa era mala o muy mala (14,5 % y 5,6 %, respectivamente). “La Covid-19 ha irrumpido en un contexto de evolución positiva de buena parte de los indicadores culturales”, señala el informe.
Las expectativas
En lo que a los resultados generales de la encuesta se refiere, en relación a los ingresos que los distintos agentes preveían para 2020, las pérdidas previstas ascienden, de media, al 40,8 % en relación a los ingresos anuales estimados. El impacto en el empleo se cifra en un 43,2 % (incluyendo como impacto negativo despidos, ERTEs y otras medidas), si bien la opción de los despidos solo ha llegado al 10 % de los casos en los que ha habido afecciones en el empleo. Asimismo, el 67,5 % de los agentes prevén un impacto profundo o total de la pandemia en su actividad.
Con respecto a la actividad cultural, el descenso medio de la actividad ha sido del 82 %, ya que hay una pequeña parte de la actividad que se ha mantenido (la actividad de carácter interno, la que pueda desarrollarse por medios digitales, la que tiene que ver con las producciones en curso, con la planificación…).
Asimismo, durante el periodo analizado por esta primera oleada, el impacto es más acusado en el caso de las ventas de productos físicos (libros, en su mayoría), debido al cierre de establecimientos (la venta de libros y discos, por ejemplo, cayó un 62,49 %).
Atendiendo a la actividad en vivo, la afectación ha supuesto, en la mayor parte de los casos, aplazamientos sin fecha. Según señala el informe, “esto muestra la voluntad de los programadores de evitar cancelaciones, aunque la incertidumbre y los cambios que se han ido sucediendo en la información de las últimas semanas haya complicado mucho la fijación de nuevas fechas”. Las previsiones de contrataciones futuras se ven también afectadas: una media del 80,4 %.
Los agentes encuestados también enumeran los gastos que tienen más peso a la hora de analizar la viabilidad económica de sus proyectos culturales, que por orden de importancia son: las obligaciones fiscales, el gasto de personal, los suministros y, por último, los servicios externos contratados.
En cuanto a las medidas de las que se han beneficiado las y los trabajadores de la cultura, en el momento en el que se realizó la primera oleada de la encuesta las más destacadas fueron las siguientes: soluciones de teletrabajo, flexibilización de los ERTE y de las obligaciones tributarias, así como otros procedimientos administrativos.