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Euskaraldia

Arrate Illaro: 'No se trata de aptitud lingüística, sino de qué queremos hacer'

Natxo Velez | eitb.eus

Entre el 23 de noviembre y 3 de diciembre, miles de ciudadanos participarán en Euskaraldia, un ejercicio para cambiar los hábitos lingüísticos y tratar de vivir once días en euskera.

Arrate Illaro, coordinadora de Euskaraldia. Foto: Karkara Orio eta Aiako aldizkaria.

Euskaraz irakurri: Arrate Illaro: 'Kontua ez da hizkuntza gaitasuna, zer egin nahi dugun baizik'

A punto de comenzar Euskaraldia, nos encontramos con Arrate Illaro (Getxo, 1989), coordinadora de este ejercicio que busca posibilitar que quienes hablan y entienden el euskera se relacionen entre ellos en ese idioma, ocupada pero convencida de que los ciudadanos están no solo preparados, sino también deseosos de poder vivir en euskera.

La cuenta atrás está ya a punto de terminar, tanto los ahobizi (hablarán siempre en euskera con las personas que lo entienden) como los belarriprest (invitarán a los euskaldunes a que hablen con ellos en euskera, independientemente de que ellos puedan contestar en euskera o en castellano) están preparados para trasladar o seguir trasladando al día a día su compromiso con el euskera, cada uno desde su particularidad y sus circunstancias.

Y es esta precisamente la novedad que introduce Euskaraldia frente a dinámicas anteriores: no se trata de demostrar un anhelo para que cambien los hábitos lingüísticos, sino de materializar esa aspiración y concretarla en el día a día de cada cual. Los participantes en esta iniciativa hablarán en euskera o posibilitarán que sus conciudadanos lo hagan; vivirán en euskera o convivirán activamente con él. Como explica Illaro, “se trata de hablar en euskera, por ejemplo, durante nuestro pintxo-pote del jueves, no de crear un pintxo-pote especial para poder hacerlo”.

 

“Se trata de hablar en euskera, por ejemplo, durante nuestro pintxo-pote del jueves, no de crear un pintxo-pote especial para poder hacerlo”

 

Hemos hablado con Arrate Illaro, coordinadora de Euskaraldia, para saber más sobre esta iniciativa que, básicamente, busca reducir el abismo entre el conocimiento del euskera y su uso diario.

Falta muy poco para que arranque Euskaraldia. ¿Con qué ánimo lo encaráis sus organizadores?

En este último tramo, estamos trabajando con mucha ilusión y con ganas de avanzar en el uso del euskera, pero también con mucha prudencia. Euskaraldia ha tenido una muy buena acogida por parte de la sociedad: por un lado, euskaltzales de 400 localidades ya están trabajando para poder llevar a cabo la iniciativa, y, por otro, son miles los ciudadanos que se han apuntado para ser tanto ahobizi como belarriprest.

Nosotros también vivimos la ilusión que se ha generado, y creemos que se trata de una actividad válida. Pero ahora ha llegado el momento de realizarla, ya que no se trata de una campaña. Durante once días, realizaremos la tarea de sacudirnos las inercias y hablar más en euskera, y no será fácil. Euskaraldia puede traer algunos avances, pero a partir del 4 de diciembre habrá una gran labor por hacer; por eso estamos ilusionados pero cautelosos.

¿Os han sorprendido la respuesta y el compromiso de la gente?

Cuando presentamos Euskaraldia, no pusimos ninguna cifra como objetivo; las claves para nosotros son los avances y las dinámicas que se creen, no el hecho de llegar a una cifra concreta.

Pero la verdad es que no esperábamos algo así. Si la iniciativa se va a desarrollar en 400 localidades, es porque los euskaltzales se han unido: agentes sociales por el euskera, instituciones públicas, agentes de otro tipo y ciudadanos.

Sabemos que mucha gente quiere vivir en euskera, pero es una gran noticia que esta iniciativa haya tenido tan buena acogida y poder trabajar con una red tan amplia. Euskaraldia es una iniciativa novedosa en muchos sentidos, y, seguramente, esa ha sido la clave.

Si hacemos el ejercicio lo mejor posible y trabajamos juntos, podemos cambiar las condiciones que tenemos hoy en día para hablar en euskera.

¿Por qué once días?

Se trata de un ejercicio, una práctica que busca cambiar las costumbres cotidianas; en este caso, las relacionadas con el uso de la lengua. Y, como todo cambio, requiere poner atención y dar pasos de manera consciente.

Si son pocos días, es difícil persistir en el tiempo, mientras que si son demasiados, puede ser extenuante mantener la tensión. En once días, podremos cambiar las dinámicas de entre semana y del fin de semana, y nos pareció una duración adecuada para sacudirnos las inercias colectivamente.

 

"Si son pocos días, es difícil persistir en el tiempo, mientras que si son demasiados, puede ser extenuante mantener la tensión".

 

De todas formas, esperamos que la tarea que realizaremos durante once días siente las bases para cambiar los hábitos lingüísticos a partir de duodécimo día; ese es el principal objetivo de Euskaraldia.

Los orígenes de Euskaraldia se encuentran en una performance de Lutxo Egia y en experiencias para incrementar el uso del euskera llevadas a cabo en el barrio de Egia, Lasarte y Agurain. ¿Cambiaron realmente los usos lingüísticos de esos lugares una vez terminadas estas iniciativas?

Sí, y por eso creemos que con Euskaraldia podemos dar nuevos pasos adelante. Y no solo en un plano general: en Egia, Agurain, Lasarte, Baiona, Lizarra y otras localidades donde ya han realizado el ejercicio volverán a hacerlo otra vez.

Se movieron algunas palancas. En Lasarte, por ejemplo, realizaron la dinámica Irten Armairutik hace un par de años, y luego analizaron si efectivamente había tenido consecuencias en los hábitos lingüísticos de los ciudadanos. El resultado fue muy claro: vimos que tres meses después de realizar el ejercicio el uso del euskera había crecido entre los participantes del mismo.

De todas maneras, también mediremos las consecuencias de Euskaraldia, y tendremos los datos antes de verano.

REPASA, EN ESTE VÍDEO, LOS ORÍGENES DE EUSKARALDIA

 

¿Qué conclusiones habéis sacado de todas esas experiencias? ¿Qué repetiréis y qué os gustaría mejorar?

Se pueden cambiar los hábitos lingüísticos y hablar más en euskera, y esto resulta más sencillo si se hace de forma colectiva; esa es la principal conclusión. Euskaraldia se ha alimentado de todas esas dinámicas que hemos comentado.

Por ejemplo los roles de ahobizi y belarriprest tienen su origen en Lasarte, y los talleres para participantes que se han llevado al resto de localidades nacieron para la dinámica BAM en Baiona, Angelu y Biarritz.

La principal dificultad es hacer llegar la iniciativa a los ciudadanos, contarles que se trata de un ejercicio y explicarles que los roles ahobizi y belarriprest son dos formas de realizar ese ejercicio. Además, hemos tenido claro desde el principio que queríamos hacerlo en grupo.

"Es posible cambiar hábitos"

¿Qué consejos generales darías a los ahobizi y belarriprest?

Quienes nos hemos inscrito como ahobizi y belarriprest vamos a realizar durante once días un ejercicio para cambiar los hábitos lingüísticos. No va a ser fácil, y en ese camino nos encontraremos con momentos bonitos y también con algunas situaciones incómodas. Pero es posible cambiar los hábitos, y conseguiremos dar nuevos pasos. Además, no estaremos solos.

Colocarse la chapa ayuda, tanto a uno mismo como a los de su alrededor. Comencemos las conversaciones en euskera, mantengamos siempre el euskera con quien lo entiende, contemos por qué estamos realizando el ejercicio, rompamos los prejuicios, compartamos nuestras vivencias y valoremos cada pequeño paso.

Tendremos que adaptarnos a las situaciones y reconocernos el derecho a meter la pata. Y para terminar, me gustaría recalcar que se avanza en ambos roles y que los dos son necesarios.

Arrate Illaro, coordinadora de Euskaraldia. Foto: Karkara, Orio eta Aiako aldizkaria.

Los ciudadanos, "ansiosos por avanzar"

Euskaraldia propone un cambio sustancial con respecto a dinámicas anteriores; el eje será el compromiso de los ciudadanos, y no tanto el conocimiento de la lengua. ¿Por qué ese paso y por qué ahora? ¿Ves a la ciudadanía preparada para ello?

Euskaraldia es un ejercicio práctico dirigido a aquellos que quieren cambiar los hábitos lingüísticos. No se trata de aptitud lingüística, sino de qué queremos hacer.

En las últimas décadas se ha realizado un gran esfuerzo por ampliar el conocimiento del euskera, miles de ciudadanos han trabajado enseñando y aprendiendo el idioma, y todavía hay mucho por hacer en el ámbito del conocimiento. Pero aún hay una gran diferencia entre el nivel de conocimiento del euskera y su uso, y Euskaraldia viene a responder a eso.

Los ciudadanos no solo están preparados, sino que están ansiosos de dar pasos. Hoy en día existe una especie de regla social no escrita por la que si alguien nos habla en otro idioma parece que no le podemos contestar en euskera, aunque nuestro interlocutor conozca el idioma. Pero que ambos lo conozcan debería ser suficiente para que quien quiera se exprese en euskera, aunque surjan conversaciones bilingües.

Vamos a cambiar esa convención social. Y es más que un compromiso, porque vamos a materializar ese ejercicio.

Más allá de actos locales, Euskaraldia no ha previsto ningún acto multitudinario y no será una celebración, sino un “ejercicio”. Los organizadores le habéis dado un cariz más pragmático y práctico que el de otras campañas. ¿Qué reflexión os ha llevado a buscar más un salto adelante que una imagen?

Precisamente, Euskaraldia no es una campaña, sino un ejercicio práctico. Queremos cambiar los hábitos lingüísticos en nuestro día a día.

Para eso, necesitamos consejos, momentos en los que motivarnos y compartir experiencias y que Euskaraldia esté presente, pero no queremos alejar a la gente de su día a día.

Queremos hacer el pintxo-pote del jueves en euskera sin tener que crear un pintxo-pote especial para ello. En algunas localidades sí habrá actos, pero se harán en función de sus propias necesidades y posibilidades.

Podemos buscar huecos para celebrar el hecho de hacer el ejercicio, claro, pero ese no es el eje de Euskaraldia.

"Un largo camino"

Y a partir del 4 de diciembre, ¿qué? ¿Cómo será el proceso para sacar conclusiones de esta dinámica?

Esperamos que el ejercicio que hemos realizado durante once días nos dote de herramientas para utilizar más el euskera a partir del 4 de diciembre. Hemos hecho un gran trabajo este año y medio, y nos tocará medir las conclusiones.

Por un lado, mediremos la influencia que el ejercicio ha tenido en los participantes, con profundos análisis cuantitativos y cualitativos. Para ello, necesitamos que los ciudadanos compartan sus vivencias y rellenen los cuestionarios, y me gustaría aprovechar la ocasión para volver a insistir en esa petición.

Por otro lado, también analizaremos la forma en la que se ha desarrollado, de cara a identificar factores que puedan ser válidos para próximas ediciones u otro tipo de iniciativas. Además, Euskaraldia no terminará aquí, y ya estamos preparando la próxima edición. Es un largo camino.

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