Entrevista
Harkaitz Cano: "La poesía de Carver exige poco pero te da mucho a cambio"
Natxo Velez | eitb.eus
Harkaitz Cano ha seleccionado y traducido al euskera poemas del estadounidense Raymond Carver para un nuevo número de la colección Munduko Poesia Kaierak.
Euskaraz irakurri: Harkaitz Cano: 'Carverren poesiak gutxi eskatzen du, baina asko ematen dizu trukean'
La colección Munduko Poesia Kaierak de la editorial Susa continúa, afortunadamente, acercándonos la obra de poetas foráneos. Este otoño ha sido el turno de la poeta alemana May Ayim (una antología muy interesante) y, gracias a la traducción y selección de Harkaitz Cano, una recopilación de la obra poética del escritor estadounidense Raymond Carver (1938-1988).
Las piezas de Carver, aclamado escritor de relatos y conmovedor poeta, presentan a primera vista una terrible y cotidiana oscuridad. Abundan en sus escritos el alcohol, los conflictos familiares, una hastiosa rutina y el hartazgo, pero, de pronto, se abren paso deslumbrantes rayos de eso que llamamos felicidad, el eco de una especie de satisfacción con la vida; tiernas caricias insubordinadas a una realidad árida y asfixiante.
Hemos hablado con Cano para saber mejor de qué hablamos cuando hablamos de la poesía de Carver.
El narrador de tu relato Raymond Carver Bilboko errebaletara heltzen presenta a un Raymon Carver desordenado, bebedor y enfermo, y el relato se nutre, como los cuentos de Carver, de la cotidianeidad, los conflictos familiares y la muerte. ¿Son válidos esos elementos para definir también su poesía?
Solo en parte. Al fin y al cabo, Carver no probó ni una gota de alcohol en sus últimos diez años de vida, y esa fue su época más creativa. En cinco años escribió unos doscientos poemas, casi la mitad de todos los que creó en su vida.
Cuando lo he releído, me ha maravillado sobre todo su capacidad de capturar momentos optimistas, su ingeniosa tendencia a la contemplación y esa fina, sutil y elegante (auto)ironía.
Pero en ese tono pesimista, oscuro e inquietante hay espacios para la esperanza o, al menos, una cierta satisfacción. ¿Cómo equilibra Carver esos dos extremos?
A la hora de vender a Carver, lo metieron en la etiqueta del “realismo sucio”. Pero creo que hoy en día esa etiqueta ha quedado totalmente superada, ya que, en mi opinión, todo realismo es sucio, en cierta manera… ¡Si no, no sería realismo!
Sus poemas más destacados son sobre la bebida y los que muestran la parte más sombría de los arrabales americanos, pero la vida se abre camino esas luces y sombras y no faltan rayos de sol. Muestra de ello es la relación que mantiene con la naturaleza: refleja muy bien, por ejemplo, la sorprendente y modesta felicidad que encuentra observando los pájaros. O la felicidad de pescar, el agua inunda su poesía: lagos, ríos, el mar… Como si buscará llegar hasta la cascada, limpiarse y redimirse.
En algunos poemas de Carver aparece cierta sublimación de la pereza. A pesar de ello, los textos están muy trabajados en pos de su característica naturalidad. ¿Cómo consigue Carver ese modo de expresión tan sintético, concreto y seco?
Como decía Oscar Wilde, “ser natural es la más difícil de las poses”, y eso es lo que le ocurre a Carver: es natural, pero para llegar ahí existe una gran labor de depuración, muchos descartes, olvidarse de los juegos florales, dejar todo en los huesos… Su poesía exige muy poco, pero da mucho a cambio.
Por otra parte, su secreto es tratar aquello que conoce. Los poemas son muy autobiográficos, su vida cotidiana, la pesca, la caza, asuntos de pareja y relaciones familiares, apuntes tomados durante sus viajes, hace tiernas declaraciones de amor y llama a sus amantes por su nombre…
Raymond Carver (1938-1988)
¿Qué dificultades te has encontrado durante la traducción?
No siempre es fácil encontrar los equivalentes de algunas palabras o locuciones que en inglés resultan muy sintéticas y callejeras. Además, algunos son un poco ambiguos, y no me ha quedado más remedio que explicitar un poco lo que él sugería.
Repite sin cesar “She said”/“He said”; en inglés funcionan perfectamente porque son monosílabos e imprimen ritmo a los poemas, pero en euskera no puedes estar repitiendo continuamente “esan zion”, porque puede resultar pesado doblar el número de sílabas.
¿En qué te has basado para ordenar los poemas del libro?
Aunque publicó media docena de libros de poesía, se puede decir que todos los poemarios de Carver conforman un solo y coherente gran libro.
He tratado de formar una especie de recorrido a través de mi elección: en la primera parte estarían sobre todo aquellos que recuerdan la infancia y los que hablan de relaciones sentimentales conflictivas y arruinadas por el alcoholismo. Poco a poco, he procurado elegir piezas más luminosas, más optimistas, rayos vitalistas de sus viajes a Europa… Y los últimos, profundamente emocionantes, son los que hablan sobre la enfermedad y la cercanía de la muerte.
¿Recomendarías alguno de los poemas a quien quisiera acercarse a la obra de Carver? ¿Por qué?
El poema "Medikuak esan zuena" me parece increíble, porque cuenta de una forma absolutamente veraz la reacción que una persona puede tener ante una noticia que te cambia la vida en un minuto.
Estoy convencido de que será autobiográfico y se me eriza la piel cada vez que lo leo.
¿Por dónde podría seguir quien se haya aficionado a Carver?
Primero, las novelas breves de John Fante y los relatos de Lucia Berlin. Y después, quizás con los relatos de Alice Munro y John Cheever… La poesía de Bukowski y la obra de Richard Ford también son afines, de alguna manera. ¡Hay material!