Entrevista
"Hay que acometer la lectura del "Ulises" con buen humor, ganas y un poco de paciencia"
Natxo Velez | EITB Media
El traductor Xabier Olarra presenta la segunda edición de su traducción al euskera de "Ulises", la famosa novela del escritor irlandés James Joyce, que publica la editorial Igela.
Euskaraz irakurri: "Umore onez, gogotsu eta pazientzia pixka batekin ekin behar zaio 'Ulises'en irakurketari"
El pasado día 2 de febrero se cumplieron cien años desde que Sylvia Beach, librera y editora de la librería parisina Shakespeare & Co, publicara el Ulises de James Joyce, una de las novelas más importantes escritas nunca en inglés y una de las más influyentes de la historia de la literatura universal.
No se trata de una efeméride cualquiera; según algunos y algunas expertas en literatura amantes de lo categórico, la novela nació con Cervantes y murió con el Ulises, aunque bien es cierto que, afortunadamente para todo el mundo, el cadáver de la novela ha dejado y está dejando ulteriores obras también de gran interés.
De todas maneras, desde 1922 hubo que esperar bastante, hasta 2015, para poder leer el Ulises también en euskera, hito que fue posible gracias al empeño del incansable traductor (gracias a su impagable labor se puede leer en euskera a Truman Capote, Francis Scott Fitzgerald, Jack London, William Faulkner, Agatha Christie, Tokien, Raymond Chandler… ) Xabier Olarra (Tolosa, 1953).
Ahora, Olarra ha revisado, pulido y completado con más notas aquella traducción que le granjeó en premio Euskadi de Literatura 2016, para acompañar mejor a aquel o aquella que se atreva a sumergirse en esta compleja novela que cambió para siempre la literatura.
Para saber más sobre esta segunda y provisional edición de la traducción ("las traducciones del Ulises siempre serán provisionales", nos dice Olarra) que publica la editorial Igela, hemos hablado con Xabier Olarra, que nos introduce en un libro que, según afirma el escritor y crítico literario español Eduardo Lago, "permanece joven sin cansarse de ver envejecer a sus lectores".
Publicamos la entrevista, además, el 16 de junio, coincidiendo con el Bloomsday, el día en el que está situada la novela y que se celebra en muchos sitios del mundo, sobre todo en Dublín, rememorando las andanzas de su protagonista, Leopold Bloom. Este año, además, Pamplona también tendrá su Bloomsday.
Se dice que leer el Ulises es poco menos que una hazaña, y no pocas personas abandonan su lectura. ¿Con qué actitud crees hay que acometer su lectura? ¿Qué recomendarías a quien vaya a leer el libro o a quién le dirías que no lo leyera?
Hay que acometer la lectura del Ulises con buen humor, ganas y un poco de paciencia. Con buen humor, porque es una farsa maravillosa; con ganas, porque es bastante largo; y con paciencia, porque a veces te puedes perder durante la lectura. ¿Quién no lo debería leer? Aquel o aquella que lleva regular o muy justas las lecturas actuales.
¿Cuándo leíste el Ulises por primera vez?
Comencé por primera vez a los veinte años, porque se trataba de una lectura "obligatoria" para todo aficionado a la literatura. Solo leí los primeros capítulos, y el final, el monólogo de Molly Bloom.
Entonces, lo intenté con la única edición que estaba disponible en castellano, la del argentino José Salas Subirat. Veinte años más tarde, después de otro intento con la traducción de José María Valverde, leí el original, entero, durante una Semana Santa, gracias a la edición comentada de Jeri Johnson.
Tengo que subrayar eso. El Ulises se puede leer sin la necesidad de notas, pero entenderás menos de la mitad, y es una pena. Ahora, gracias a la edición en euskera, la persona que está leyendo la obra tiene el asunto resuelto: la edición de Igela cuenta con unas 2000 notas.
¿Cómo y cuándo se te ocurrió traducir el libro al euskera, y cómo ha sido el camino hasta esta segunda edición de la traducción?
Lo comentamos en una cena entre cuatro amantes de la literatura, alrededor del año 2000. Las otras dos obras más importantes de Joyce, Dublineses y Retrato del artista adolescente, ya estaban traducidos al euskera, pero Ulises es la obra principal de Joyce, y creíamos que había que llenar ese vacío.
Pero hasta diez años después no comencé a pensar que, si nadie acometía esa ingente tarea, tendría que hacerlo yo mismo.
¿Qué diferencias existen entre esta edición y la que consiguió el premio Euskadi de Literatura en 2016?
La edición del centenario del Ulises dice lo siguiente: "A la hora de reeditar traducciones de obras clásicas, siempre se ha dicho que se quedan anticuadas, y esta suele ser la razón principal para llevar a cabo nuevas traducciones. En nuestro caso, también hemos esgrimido entre los argumentos para renovar las traducciones de obras clásicas los avances en la normalización del euskera batua. Pero no son esas las principales razones para renovar el Ulises, sino la siguiente: que las traducciones del Ulises siempre serán provisionales. También lo es esta".
En lo que respecta a las novedades, tengo que comentar que ha sido una gran suerte haber encontrado dos hábiles y generosos ayudantes: David Stukins e Iñaki Ibañez. Stukins ha comparado mi versión de 2015 con el original, mientras que Ibañez se ha encargado del resultado en euskera. Me han hecho cientos de sugerencias y propuestas de corrección, y, si este texto es bastante mejor que el anterior, lo es, en parte, gracias al ímprobo trabajo de sus dos amigos.
Además, diría que apartado de notas está algo mejor organizado, y eso ayuda un poco a la lectura.
¿Qué ediciones del Ulises has utilizado para tus traducciones?
Fundamentalmente, la edición crítica con notas de Jeri Johnson, publicada por Oxford University Press. Aparte de eso, y en algunos fragmentos concretos, he utilizado la edición de 1984 de Hans Walter Gabler, Ulysses, The corrected text, utilizado también para la mayoría de nuevas traducciones en castellano, francés e italiano.
En el apartado lingüístico, ¿cuáles han sido las principales complicaciones que te han surgido para ser lo más fiel posible al original?
El Ulises tiene muchas complicaciones, y, por mencionar algunas de ellas, diría que Joyce realizó en esta obra un ejercicio de estilo, o quizás por ser más precisos, una demostración de estilo, por lo que encontramos el habla de los y las habitantes comunes de Dublín, de estudiantes de universidad, literatos pedantes, redactores y colaboradores de un periódico, marineros, fervientes nacionalistas. Además, en el decimocuarto episodio hay un pastiche de textos creados durante la evolución histórica de la literatura desde el nacimiento de la prosa inglesa hasta el siglo XX.
También es destacable que en el Ulises hay bastantes juegos de palabras, y es sabido que los juegos de palabras (y los chistes basados en juegos de palabras) no se pueden traducir, por lo que los traductores y las traductoras nos vemos obligados a realizar malabarismos para intentar solucionar eso, aunque a veces resulta imposible. También es necesario saber eso.
Diría que la dificultad, la profundidad y la complejidad en los textos no gozan de mucha aceptación general; al contrario, asistimos a una sublimación del entretenimiento, de la evasión. ¿Qué le ofrece el Ulises a la persona que lo lea? ¿Cuál es la recompensa a su dificultad?
Ulises es, sin duda, una obra compleja. Pero, en pos de hacerla más comprensible, al comienzo de cada Episodio existe una introducción que ofrece una explicación general sobre ese capítulo, y el lectora o la lectora encontrará así una luz que le impida perderse en el camino.
Además, entre los apéndices se encuentran dos famosos esquemas de Stuart Gilbert y Carlo Linati, que explican qué encontrará el lector o la lectora en cada episodio.
La principal recompensa es comprender desde dentro cómo está hecha una de las principales obras de arte del siglo XX, y entender su profundo mensaje (o mensajes). Es solo eso, que no es poco.
Hay que separar autor y obra, pero ¿en qué medida hay que conocer la biografía del autor o autora a la hora de acometer una traducción?
Siempre ayuda conocer la vida del autor o la autora. En este caso, existen paralelismos entre la vida de Joyce y lo que se cuenta en el Ulises. Esto resulta interesante como trabajo de documentación, y puede resultar útil al principio. Pero a la hora de traducir se necesitan más y mejores herramientas que esa.
El 16 de junio, el Bloomsday se celebrará este año también en Pamplona. ¿Cuál es el plan para ese día?
La de este año es una propuesta sencilla e informal. Disfrazados y disfrazadas de personajes del Ulises, se leerán algunos fragmentos del Ulises en un recorrido por diferentes bares, y beberemos cerveza (Guinness, a ser posible).
Además, este año será necesario beber bastante, ya que están pronosticadas temperaturas de hasta 40 ºC para el jueves. ¿Quién sabe? En Dublín también empezaron así en 1957, como un acto informal, y ahora se ha convertido en una celebración en la que participan miles de personas.
En Pamplona, a lo mejor también podría servir de calentamiento para los sanfermines.