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Entrevista

Nada Surf: “Tenemos que luchar contra la negatividad”

Natxo Velez | eitb.eus

Los neoyorquinos llegan a Intxaurrondo este domingo. Hemos hablado con Daniel Lorca, bajista de la banda, sobre “Peaceful ghosts” y “You know who you are”, su doble cosecha de 2016.

Nada Surf llega pleno de novedades a su inminente cita con el público vasco (Nada Surf + Saha Smith, CC Intxaurrondo de Donostia, 27 de noviembre a las 20:00 horas). Por un lado, se presentan con la incorporación de Doug Gillard a la guitarra, lo que convierte al grupo en cuarteto, y por otro traen sendas novedades discográficas bajo el brazo: "You know who you are" y "Peaceful Ghosts".

El primero, "You know who you are", que el grupo ya presentó en directo en Bilbao en abril, es un disco más convencional, el octavo de su trayectoria, una carrera de fondo en la que, después de un comienzo arrollador debido al desmedido éxito de su canción "Popular", el grupo encontró, lejos de las multinacionales y las masas, el equilibrio y el tono adecuados para su personal forma de hilvanar, bajo sus propias reglas, contagiosas melodías.

La grabación del segundo disco, "Peaceful ghosts", ha sido, según nos cuenta el bajista Daniel Lorca, "un privilegio" que les ha permitido registrar junto a una orquesta sinfónica algunas de las canciones compuestas durante más de veinte años de carrera.

Hablamos con Daniel Lorca, madrileño afincado en Nueva York desde los cinco años, antes de la prueba de sonido de su concierto en Toulouse.

En el directo "Peaceful ghosts" mezcláis temas de toda vuestra carrera con la música de la ORF Radio Symphony Orchestra (Viena) y la Babelsberg Film Orchestra (Berlín). ¿Cómo surgió el proyecto?

La verdad es que tuvimos bastante suerte. Estábamos tocando en un festival en Austria patrocinado por el canal FM4 de su radio nacional, que es una cadena alternativa con una programación ecléctica. Yo he vivido en Viena y tengo contacto con ellos, así que me preguntaron si nos interesaría participar en un proyecto anual de colaboración con su orquesta sinfónica o si conocía a algún grupo americano que podría encajar en esa idea.

En su día hicimos una colaboración en París con un cuarteto de cuerda y quedamos muy contentos, por lo que esta vez nos parecía increíble tener la oportunidad de trabajar con una orquesta de más de 60 músicos. El problema es que tienes que confirmar tu participación con un año de antelación y estábamos metidos en la grabación del disco "You know who you are".

Tuvimos la suerte de que nuestros amigos de Calexico ya habían trabajado en un concepto sinfónico similar, y Martin Wenk, su trompetista, nos puso en contacto con un compositor que había trabajado con ellos en los arreglos de sus canciones. Además, Martin nos ayudó incluso a elegir el repertorio, aunque había algunas canciones que ya teníamos claro que tenían que estar, como  "The fox", que ya de por sí tiene arreglos de cuerda y venía a cuento con las elecciones estadounidenses, que se nos echaron encima en aquel momento y que mira qué desastre han dejado.

¿No estaba "Popular" en la lista para el posible repertorio?

Sí que estaba, pero no la hicimos porque vimos que no funcionaba demasiado bien. Como, por suerte, tenemos un repertorio muy amplio, hemos podido elegir las canciones que más se prestaban a este formato sinfónico.

Hace veinte años que vuestro primer disco vio la luz y habéis tenido que echar la vista atrás para seleccionar las canciones de "Peaceful ghosts". Con esa perspectiva, ¿qué líneas maestras y qué puntos de inflexión crees que han marcado vuestra carera?

Es cierto, "Peaceful ghosts" es un punto especial en nuestra carrera. Es un privilegio total que te ofrezcan algo tan importante, tan bonito y tan serio.

Nosotros empezamos tocando en un sótano sin tomárnoslo demasiado en serio, y una vez que sacamos el primer disco con Ric Ocasek, salió "Popular" y tal, ya decidimos que teníamos que dejar nuestros trabajos.

Luego, Nada Surf se consolida como lo que somos tras la pelea con Elektra y la salida del tercer disco, "Let go". A partir de ahí, hicimos siempre lo que pensábamos que era bueno y necesario para nosotros, pero mirando adelante, más allá del momento puntual.

No es la primera vez que visitáis Euskal Herria. ¿Qué recuerdos guardáis de vuestras anteriores visitas?

Nos apetece un montón y tenemos muchísimas ganas de tocar en Donostia. Hemos tocado mucho en Bilbao, en el Kafe Antzokia, y en Iparralde, y esta será al menos la segunda vez que toquemos en San Sebastián.

Además, tenemos un día libre después del concierto y me querían mandar a otro lugar, pero ya les he dicho que a ver si están locos, que San Sebastián es la ciudad más bonita del mundo y que pasaremos el día libre allí.

De hecho, Mateo (Matthew Caws, guitarra y voz) y yo hemos estado en San Sebastián antes, totalmente de turismo, sin nada que tuviera que ver con el grupo entre manos, y nos lo pasamos muy bien: se come muy bien, hacía buen tiempo…

Ahora me acuerdo de una vez que tocamos en Donostia, dentro de nuestra primera gira acústica en la que íbamos con bajo y guitarra acústicos y un cajón flamenco.  Llegamos a la sala, y vimos que el grupo telonero era un grupo como punky, medio hardcore, que tocaba a toda caña…

Así que después de que tocaran ellos así, a lo bestia, les pedimos que nos dejaran sus instrumentos, sus amplis y la batería para que nosotros también pudiéramos tocar en formato eléctrico, que es lo que acabamos haciendo.

Me imagino que esta vez será más normal, y lo vamos a disfrutar mucho. Espero que el público también.

Después del concierto en Donostia y dentro de esta gira, el 2 de diciembre, tocaréis en la sala Bataclan de París tras su reapertura. ¿Qué tipo de sentimientos os despierta tocar allí?

Imagino que va a ser muy intenso. Es una celebración, y tenemos que luchar contra la negatividad con nuestra positividad. Hemos de luchar mediante nuestra apertura contra todo lo que es encerrarse en esos pensamientos asquerosos, racistas y fundamentalistas.

Pienso abrir bastantes botellas de champán esa noche, porque no podemos dejar que consigan nada con acciones tan despreciables y cobardes como esa.

¿Dónde os veis dentro de otros 20 años?

A mí personalmente me encantaría acabar como Paco de Lucía: morirme dentro de 20 años, con 69, contento y viviendo en un sitio que me encanta, al borde del mar.

borde del mar.