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Concierto

Bloñ, realismo mágico para escuchar

Natxo Velez | EITB Media

El sexteto bajonavarro hechizó este domingo el gaztetxe Hori Bai de Larrabetzu, en un fascinante concierto basado en la música de la serie-película "Bañolet". El de Larrabetzu fue el último de una serie de seis conciertos en diez días.

Bloñ, en Larrabetzu

Euskaraz irakurri: Bloñ, errealismo magiko sonikoa

El estimable ciclo Domekak Hori Bain había propuesto la cita para este domingo de expiración de primavera en en el gaztetxe de Larrabetzu: el sexteto bajonavarro Bloñ, presentando su disco Bañolet kantuz (2021).

Medio centenar de personas aceptaron la invitación, y se unieron a la celebración musical del proyecto basado en la banda sonora de la webserie Bañolet, ganadora de la tercera convocatoria de la Beca de Creación de Durangoko Azoka que se ha podido ver también en formato largometraje. Bañolet está dirigida y escrita por Paxkal Irigoyen Etxeberri (Ainhize-Monjolose, 1988) y Maia Iribarne Olhagari (Lasa, 1995), rodada junto a los habitantes de la comarca de Garazi, y la música de esta serie es la que articula el disco y los directos de Bloñ. Los propios Irigoyen (guitarra, voz) e Iribarne lideran el sexteto sobre el escenario.

Como en el mundo imaginario de Bañolet, todo tiene cabida en la propuesta musical del sexteto: en la webserie habitan, por ejemplo, el simbolismo, el surrealismo y reflexiones sobre la emancipación y la inocencia; en el catálogo musical del grupo conviven el jazz, el rock, algunos toques progresivos, funk, pop apacible y hasta post hardcore. De todo, desde la caricia más delicada hasta la sacudida más vigorosa.

Las canciones "Kikerak" y "50" abrieron el concierto de este domingo, al igual que lo hacen con el disco Bañolet kantuz, después de una introducción a seis voces y dos zambombas. Las cartas sobre la mesa, desde el inicio: trabajados y sincopados ritmos de batería (encomiable, la labor de Nicolas Armendariz); respiros entre nota y nota (no tocar también es tocar); ricos acordes de guitarra; sencillos arreglos de teclado y guitarra; líneas de bajo aportando tensiones; subidas y bajadas de intensidad; y, sobre todo, la privilegiada voz de Iribarne.

La tercera y la cuarta canción de la noche sirvieron para ilustrar el valor de esa voz: Irigoyen e Iribarne, solos sobre el escenario, interpretaron las delicadas "Eihera" y "Zauri" en uno de los momentos álgidos del concierto.  

Bañolet kantuz by Bloñ

Pero Bloñ saben combinar, como hemos dicho, delicadeza y fuerza; la canción "Erbiak", siguiente en el repertorio, por ejemplo, es una clara muestra de ello. Esta gran canción combina sonidos y divertidos ritmos funk con riffs que nos remiten sin remedio a Fugazi y nos invitan al cabeceo, y ofrece una nueva posibilidad a Armendariz para demostrar sus virtudes consiguiendo que una canción no solo camine y funcione, sino que brille.

El público continuó durante un total de una hora, guiado por las canciones de Bloñ, su viaje por los oníricos e irreales universos de Bañolet, salpicados por el realismo mágico también presente en la serie y acotados por difusas fronteras, con versión de Bjork para despedirse incluída, hasta que cesaron los acordes y cada cual volvió a pisar tierra firme.

Quien quiera descubrir o volver a internarse en Bañolet de la mano de Bloñ, podrá hacerlo el 30 de junio en el festival EHZ.