Entrevista
Alcalá Norte: "No tenemos miedo a quemarnos; si no sobrevivimos, es que somos culpables"
Natxo Velez | EITB Media
El sexteto madrileño llega este viernes a Bilbao con La Gira Cañón, en la que se han empeñado en festejar con adeptos y demostrar a escépticos en salas, de tú a tú, que su eco no es estela de ruido sino resonancia de once valiosos temas post punk.
Euskaraz irakurri: Alcalá Norte: "Ez gara erretzeko beldur; aurrera egiten ez badugu, errudunak garelako da"
De inicio, parece poco probable que en 2024 todo el mundo hable sobre once temas post punk –"más New Order que Joy Division", nos concretan– con regusto pop en las melodías, reminiscencias a The Cure y energía rockera y ecos punk en la interpretación; más extraño resulta, si cabe, el estallido de popularidad del grupo Alcalá Norte, si tenemos en cuenta que en las letras de sus temas se mezclan Calvino, Cristiano Ronaldo, la Batalla de Langemarck en la primera guerra mundial, Darío de Regoyos, su barrio Ciudad Lineal, en Madrid, o el power ranger verde.
Pero, afortunadamente, los límites de lo probable son moldeables, y el éxito de Alcalá Norte es prueba de ello. El grupo lanzó en abril su primer disco (Alcalá Norte, publicado por la discográfica vasca Balaunka), y, después de unos meses moviditos con visitas a, entre otros, los festivales Bilbao BBK Live, Glad Is the Day en San Sebastián y Primavera Sound en Barcelona, se han liado la manta a la cabeza con La Gira Cañón, tournée de treinta fechas por todo el Estado y que los trae este viernes, 11 de octubre, a la sala Stage Live de Bilbao (todas las entradas vendidas desde hace semanas).
Temas incontestables como "Los chavales" o "La vida cañón" también se podrán oír en directo durante los próximos meses en San Sebastián (30 de noviembre, Dabadaba) Pamplona (27 de diciembre, festival Santaspascuas) Vitoria-Gasteiz (17 de enero, Jimmy Jazz).
Hablamos con Álvaro Rivas, cantante del grupo que nos atiende de camino a un concierto en Salamanca.
Alcalá Norte explota hacia el público general en primavera de 2024 con la publicación de su disco, pero ¿qué había antes de los focos?
Antes procurábamos no morir. Por aquí han pasado muchos músicos, algunos de ellos terriblemente talentosos. A veces andábamos frustrados porque el resto de músicos no mostraba interés ni ganas en el proyecto. Otras veces estos músicos estaban tan involucrados como nosotros, que éramos los fundadores de la banda y los únicos ahora supervivientes de aquellos ratos feos. Llegamos a sentir que nos llevaban a rastras por caminos que no eran los nuestros.
En definitiva, fueron cuatro años de exagerados dramas y agobios, jalonados por momentos felices como los pocos ensayos en los que estábamos de buen humor y compusimos las canciones que entraron en este disco. También hubo quince o veinte conciertos, todos en Madrid a excepción de una rave en un bosque de Getxo, sobre el mar.
Casi todos ellos fueron también momentos de goce. Pero, hostias, cuando estábamos a malas con el resto del grupo, los conciertos también eran un puñetero sufrimiento.
¿Cómo convergen influencias como The Stone Roses, Judas Priest, The Smiths o Joy Division en vuestra música?
Por casualidad. Por ejemplo, el Carlos, nuestro guitarra, trae un riff que le suena a The Stone Roses, no porque le flipen a él, que le aburren, sino porque así piensa que otros se sentirán cómodos. Y, claro, acierta y nos sale un tema.
Los Judas tienen sobre nosotros una ascendencia más sentimental que puramente musical.
Joy Division, bueno, seguramente miremos más a New Order, por quedarnos ahí cerquita; más allá de nuestros comienzos, cuando yo, cantante, engolaba la voz para parecerme a Curtis.
Los Smiths no me gustan mucho y creo que nunca han sido una influencia directa, aunque al Barbosa sí le hacen tilín.
Alcalá Norte. Foto: Pablo Garrido.
¿Existe un mínimo común estilístico prestablecido para vuestras canciones? ¿Qué tiene que tener un tema o un esbozo para animaros a currar en él?
Me remito siempre a The Cure en su época del 78 al 82. Muchacho, aquello es lo que nos sirvió para orientarnos estilísticamente cuando empezamos, sobre todo cuando no estábamos rodeados de talento.
El sonido de aquellos directos, disponibles en YouTube, es lo que nos inspiraba en los comienzos, pues ponía de acuerdo nuestros tres gustos distintos y ninguno experimentaba dolor imitándolo.
Ahora, escuchando nuestro álbum, veo que hemos hecho un intento notablemente acertado de The Cure, si bien esos directos dejaron pronto de ser un referente tan consciente y presente, a medida que encontrábamos nuestro sonido propio.
Muchas veces, cuando estamos empezando a crear, alguien reconoce algo similar a The Cure en un riff de guitarra o sinte, o en una progresión de acordes, y exclama "hostia, parece The Cure".
Esa suele ser una buena señal para seguir avanzando con el tema. De hecho, pasó esta semana. Siento que The Cure ha vuelto a nosotros. Celebro además que estén sacando cosas y a mis colegas les guste.
Después de un verano con actuaciones en grandes festivales, os habéis embarcado en La Gira Cañon por salas este otoño. ¿Qué buscáis en estos bolos?
Necesitamos rodaje para evolucionar como intérpretes y entendernos a nosotros mismos como conjunto de seis almas. Para elaborar un espectáculo propio con el que nos sintamos cómodos, sin impostación, basándonos en las reacciones de la gente, mejorando semana tras semana.
Además, si tan bien nos ha ido con la exposición mediática, nada más complementario que acercar el fenómeno a las salas de confianza de las gentes. Allí se disiparán dudas.
Tocar en treinta salas parece ser una estrategia efectiva para sentirse más cómodos en los grandes escenarios, por ejemplo, el verano que viene. Y, si las llenamos, seguramente sea una señal que los grandes promotores perciban.
No tenemos miedo a quemarnos. Si no sobrevivimos a esta hoguera, es que somos culpables.
Alcalá Norte. Foto: Pablo Garrido.
¿Cómo convences a un descreído de que la vida cañón es irte de tu casa un finde, pegarte 2000 kilómetros apretado en una furgoneta durmiendo poco y pegarte una sudada en un concierto?
Vaya, no hay sofista vivo ni muerto capaz de acometer esa tarea con éxito. No hay glamour en la furgoneta, al menos en la nuestra, donde los pedos huelen fatal, y menos cuando cruzamos la península en diagonal. Sin embargo, escribo precisamente esto desde una furgo que tiene dos elementos que no habíamos visto nunca antes: una nevera y una Play Station 4. No nos quejamos.
Con respecto al sudor: ese sí es un tema importante. Barbosa suda muchísimo y en los conciertos se convierte en algo incapacitante, por ejemplo, a la hora de encadenar varios temas seguidos. Necesita una pausa para secarse. La solución en la que estamos pensando es, directamente, viajar con un ventilador y colocarlo en el escenario apuntando a su careto.
La vida cañón es volver a casa después de un finde de flatulencias y sudor y tener las facturas pagadas. Y pensar: "caramba, mañana no voy a una oficina ni leeré desde casa correos sobre los asuntos pecuniarios de grandes señores que me la pelan y a los que yo se la pelo más".
Estamos en ello, o eso nos promete nuestro manager.
¿Qué tiene que tener un concierto de Alcalá Norte para quedes satisfecho una vez se apagan las luces? ¿Qué es innegociable en vuestra propuesta?
Estoy intentando hacerme a los malditos in-ears, que es un sistema que consiste en una petaca y unos auriculares para escucharlo todo directamente en la oreja y no necesitar monitores en altavoz. Afirman que así es más fácil encontrar el tono y afinar.
Como no tenemos sistema propio, que cuesta un pastizal, aunque todo se andará, estoy tocando con las petacas de los promotores y unos cascos para iPhone. Cuando logro tener una mezcla cómoda en mis oídos y siento que he cantado despreocupado y en el tono, me bajo del escenario contento.
El resto de la banda cada vez suenan más empastados, y últimamente es habitual que salgan contentos de nuestras actuaciones sencillamente en razón de su desempeño sobre las tablas. Ojalá generemos pronto más pasta como para viajar siempre con técnico propio, sistema de in-ears propio y técnico de monitores. Estoy seguro que en ese momento desaparecerán muchos de los problemas que ahora nos generan preocupación.
De todos modos, volviendo a la necesidad de esta gira, estamos seguros de que el trato con treinta técnicos distintos y treinta sistemas de monitores diferentes nos ayudará a sentirnos más cómodos sea cual sea el equipo al que nos enfrentemos y los profesionales con los que debamos trabajar.
En Bilbo, en Stage Live, curraremos con Aritz, nuestro técnico de confianza en el norte de la península. Ya eso nos hace sentir más cómodos.
Tocasteis este verano en el escenario principal de la pasada edición del Bilbao BBK Live y en el festival Glad Is The Day de San Sebastián. ¿Qué recuerdas de esos conciertos?
El del BBK fue nuestro primer gran escenario. Nos acompañó muchísima gente, más de la que esperábamos, y encima quedó grabado en vídeo. La pena es que la mezcla que suena en YouTube no sea la que ofreció Aritz para los asistentes. Nos salió muy bien y nos infundió muchísima confianza pa lo que nos vino después.
En el Gladys Enea también lo pasamos teta, de nuevo acompañados por Aritz. Creo que, en ese momento, nunca habíamos tenido tanta gente delante, como un mes antes había sucedido en el BBK. De hecho, mi perfil de LinkedIn está ilustrado con un fotón que nos tiraron ese día en Donosti, en el que parece que arrastramos masas, si bien los que andaban ahí eran mayormente curiosos. En LinkedIn habitúo a exagerar el propio mérito.
Al terminar el concierto bajamos a repartir octavillas de nuestro concierto en Dabadaba en noviembre, y ese acto resultó realmente acertado, porque agotamos las entradas a los pocos días de aquello.
Suneo, de Chill Mafia, colabora en vuestro disco, que ha publicado la discográfica vasca Balaunka. ¿Cómo se gestan ambas colaboraciones?
Balaunka fue el único sello que creyó en nosotros y nos ofreció un trato honesto. Ñako, el capo, es colegón de toda la vida de nuestro manager, Jose.
Jose escribió a decenas de oficinas, sellos y editoriales, y recibió silencios, educadas negativas y alguna que otra propuesta sangrante.
Poco tardamos en decidirnos por Balaunka para las labores discográficas y editoriales, y en Mauka (empresa hermana) para la contratación. Ellos, en aparcería con Jose, nos ofrecen la infraestructura que necesitamos para desempeñarnos como músicos. A veces siento que son nuestros subordinados, otras veces parecen nuestros jefes. En definitiva, son nuestros socios.
A Suneo lo conocimos después de que no se presentase a una entrevista que Barbosa y yo hicimos a Chill Mafia y Ben Yart para Radio Relativa, que es una radio independiente de nuestros colegas más cercanos en Madrid.
A la tarde sí apareció el Suneo, que se había saltado su compromiso matutino para hacer el mono con el patinete. Pese a semejante ofensa, se ganó nuestro cariño al describir nuestras maquetas como algo a medio camino entre Burning y The Cure.
Desde entonces, en sucesivas visitas a Madrid, encajamos varias visitas a nuestro local de ensayo, de las que salieron tres temazos. Dos de ellos están en nuestro álbum y el tercero, donde el René puso un riff reggaetonero, andamos planeando cómo robárselo. El Suneo es de la familia. Aquí lo tienes con Barbosa, de nuevo en Radio Relativa, expiando su pecado original.
Alcalá Norte
Los planes son eso, planes, pero ¿hacia dónde queréis dirigir el potencial que tiene ahora el grupo? ¿Dónde os gustaría veros en, pongamos, uno y cinco años?
En un año: terminando exitosamente nuestro primer año real de festivales. Llenaremos el mapa de chinchetas que respeten las exclusividades territoriales y las lógicas entre promotores. Encararemos el final de la gira de nuestro primer álbum, con visitas a las zonas que se nos han resistido este otoño y segundas visitas donde más nos quieran. El plan pide otro disco preparado para entonces.
En cinco.
¿Qué dirías a quien vaya a veros el día 11 en Bilbao?
Que pa nosotros ese finde es muy especial, y que Juampi cumple años ese finde y viene desde Suecia para celebrarlo con nosotros a la guitarra.
Nos han pasado varias cosas buenas en Bilbao desde que visitamos aquel bosque de Getxo y la glorieta de Darío de Regoyos. Y el sonido correrá a cargo del Aritz, así que estaremos cómodos.
También hablamos a quien no tenga entrada y no le importe desplazarse un poquinín: que se venga a Iruña, Gasteiz o Logroño, que pilla cerca y aún hay huecos. Tocamos con Marte Lasarte.