En los últimos años
Cambiar de técnico no ha garantizado resultados a la Real
Redacción
El principal éxito en un cambio sobrevenido de entrenador en las dos últimas décadas se produjo en la temporada 2001/2002 cuando Roberto Olabe, sucedió a Toshack.
La Real Sociedad sigue deshojando la margarita sobre el futuro de Jagoba Arrasate con las dudas que genera la experiencia en casos anteriores, en los que la destitución sobre la marcha de un entrenador casi nunca dio buenos resultados para el club guipuzcoano.
Si por algo se ha caracterizado el actual Consejo de Administración es por apostar por la estabilidad en el banquillo, lo que ha llevado a que en los seis años que lleva Jokin Aperribay como presidente no se haya producido nunca una sustitución con la temporada iniciada.
Antes de su llegada sí hubo destituciones de técnicos con la competición en marcha, con desigual fortuna y casi siempre con resultados adversos a los intereses de la Real Sociedad.
La destitución de Jose María Bakero en 2006, cuando la Real en la jornada 7 no había conocido la victoria, es uno de esos ejemplos, ya que la llegada de Miguel Angel Lotina no mejoró gran cosa y la Real terminó descendiendo a segunda división.
Tampoco Periko Alonso, sustituto de Javier Clemente fue la solución en el año 2000 y tuvo que tomar las riendas John Toshack para enderezar la nave realista en una temporada en la que ejercieron tres entrenadores.
El principal éxito en la Real en un cambio sobrevenido de entrenador en las dos últimas décadas se produjo en la temporada 2001/2002 cuando Roberto Olabe, con el equipo en plazas de descenso, sucedió a Toshack y salvó contra todo pronóstico a la Real de descender aquel año.