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Fórmula Uno

Una nueva era en la F1

Agencias | Redacción

Los nuevos bólidos tiene una mayor carga aerodinámica y adherencia, lo que les hace  más veloces en el paso por curva, a la vez que los convierten en más difíciles de pilotar.

Imagen de 2016

El Mundial de Fórmula Uno afronta en 2017 una nueva era, con coches radicalmente diferentes a los que compitieron hasta el año pasado. Coches más anchos, más agresivos, más ruidosos y con neumáticos más grandes que los hacen ser hasta cinco segundos más rápidos.

Los nuevos bólidos tiene una mayor carga aerodinámica y adherencia, lo que les hace  más veloces en el paso por curva, a la vez que los convierten en más difíciles de pilotar y exigen una mayor preparación física de los conductores.

Los neumáticos de Pirelli para 2017 son un 25 por ciento más anchos que hasta ahora. Los delanteros pasan de 245 a 305 milímetros, y los traseros, aumentan de 325 a 405. Asimismo el diámetro es ligeramente superior.

Los compuestos seguirán siendo el duro, el medio, el blando, el superblando y el ultrablando, aunque algo diferentes en su fabricación, algo que los hace más duraderos. Esto permitirá a los pilotos ser más agresivos y estar menos pendientes de ahorrar goma. Estos neumáticos más anchos ofrecen más agarre y permiten un paso por curva mucho más veloz.

En cuanto al chasis y la aerodinámica, en 2017 la anchura de los monoplazas aumenta de 1.800 a 2.000 milímetros, lo que facilita que la longitud del alerón delantero pase de 1.650 a 1.800 milímetros.

La altura de los alerones traseros también varía. En este caso se reduce de 950 a 800 milímetros. Su anchura sí aumenta, de 750 a 950 milímetros.

En 2017 vuelven a verse en la mayoría de los coches las aletas de tiburón en la cubierta del motor que ya aparecieron en la temporada de 2009.

Debido al aumento de las dimensiones generales de los coches, el peso mínimo exigido aumenta este año en 20 kilos, de 702 a 722 kilos.

En cuento a los motores, este año desaparece el limitador sistema de 'tokens', lo que permite a los equipos una mayor libertad a la hora de evolucionar sus propulsores, que serán cuatro por piloto para las veinte carreras programadas.

Sí habrá restricciones en cuanto a peso y materiales para limitar en cierta medida la ausencia de las restricciones que generaban los 'tokens'.

En 2017 se aumenta en un cinco por ciento el límite máximo de combustible que puede cargar cada coche y que pasa a 105 kilos. Pero hay nuevas restricciones en cuanto a las mezclas de la gasolina que los equipos pueden utilizar. Sólo pueden elegir cinco tipos para toda la temporada, y sólo se podrá usar dos de ellos en cada fin de semana.

En la temporada que está a punto de comenzar también se introducen cambios en el reglamento deportivo. Así, en un intento de hacer más protagonistas a los pilotos en las salidas de los grandes premios y restar incidencia a los consejos de los ingenieros.

En 2017 ya se prohibió la comunicación por radio entre los pilotos y el muro en las arrancadas. Ahora se agregan limitaciones en cuanto al control del embrague, lo que hace que sean los pilotos los únicos responsables de dar con el momento exacto de desactivación del embrague en el comienzo del gran premio.

En caso de lluvia, y para no restar emoción de las salidas, en 2017, ya no habrá comienzo detrás del coche de seguridad. Si por las malas condiciones de la pista el 'safety car' tuviera que intervenir en el inicio de una prueba, se esperará hasta que las condiciones de la pista mejoren para proceder a la arrancada con la parrilla configurada.

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