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Análisis

La abstención sigue siendo el reto

Iratxe Etxebarria | eitb.com

El Parlamento europeo no ha sido capaz de acercarse a los ciudadanos. El número de estados miembros ha aumentado, pero no así la participación en los comicios europeos.

Imagen de la campaña para formentar la participación. Fuente: Parlamento europeo.

A pesar de asegurar que el Parlamento Europeo tiene una gran influencia sobre nuestra vida cotidiana, el reto del hemiciclo de Bruselas de acercarse a los ciudadanos no ha tenido éxito. Prueba de ello es el descenso en la participación en las elecciones europeas, a pesar del aumento en el número de estados miembros.

En las últimas elecciones, las de junio de 2009, más de la mitad de los electores no acudieron a votar. Así las cosas, la participación fue dos puntos más baja que el año anterior: 45 % (un 20 % más baja que en las últimas elecciones elecciones autonómicas).

Hace casi 10 años me encontraba haciendo el seguimiento de unas elecciones municipales y forales. Me llamó la atención que muchos partidos fueran a pedir el voto a uno de los barrios más pobres de Bilbao. Allí ofrecían papeletas de voto a los vecinos, y estos vecinos dejaron bastante claro que estaban fuera de la dinámica de la campaña. Es decir, era como si no tuvieran el derecho de elegir al próximo alcalde de la capital. "Para ellos, es como si el Ayuntamiento de Bilbao fuera tierra extranjera", pensé.

Y es esa la actitud que percibo ante las elecciones europeas. Bruselas está lejos. Y más de uno puede pensar que su voto no va a cambiar nada. Es muy posible que así sea, pero no se puede negar que el Parlamento Europeo decide sobre cuestiones que afectan directamente a nuestra vida diaria.

Ha sido Europa la que ha rebajado de forma contundente el precio que pagamos por hacer llamadas al extranjero desde nuestro móvil regulando el llamado roaming. Ha sido Europa también la que ha establecido a qué indemnización tenemos derecho cuando nuestro vuelo se retrasa... Pero en esta legislatura, la Unión Europea y Bruselas han sido sinónimo de austeridad, de recortes.

Los resultados de estas elecciones se leerán como un apoyo o un castigo a las recetas aplicadas por Europa para hacer frente a la crisis. Entre los europeos predomina el malestar, ya que, por ejemplo, el paro de la Eurozona ha aumentado en tres puntos. Pero entre países hay diferencias significativas: en España la tasa de desempleo es siete puntos más alta que en las anteriores elecciones europeas, y Grecia ha pasado a ser, en cinco años, el país con mayor número de parados, con un 28 % de paro.

En este contexto, el gran reto de los comicios europeos sigue siendo el hacer frente a la abstención.