La inmigración, presente y ausente en la campaña europea

La inmigración, uno de los grandes desafíos de Europa, está teniendo un tratamiento curioso en la campaña para las elecciones europeas. Los cinco candidatos a presidir la Comisión Europea apenas mencionaron la inmigración en su debate televisado del jueves. Es decir, las cinco principales familias políticas del Parlamento Europeo no hablan mucho de este tema, quizá porque no tienen nada que decir. En cambio, los partidos populistas, xenófobos, antieuropeos y de extrema derecha tienen la inmigración como eje central de su campaña. Es casi de lo único de lo que hablan.

Quieren crear la impresión, y lo están consiguiendo, de que Europa está siendo invadida por los inmigrantes y que las instituciones de la Unión Europea no sirven para frenar esa invasión. Y los otros partidos, los partidos tradicionales, no son capaces de desmontar esa mentira, y mira que es fácil con las cifras en la mano. Los inmigrantes sin papeles que se cuelan por Melilla o por Lampedusa o por las islas griegas fueron el año pasado unos cien mil; la Unión Europea tiene quinientos millones de habitantes, así que lo de la invasión es una tontería.

Pero eso no impide que muchos ciudadanos europeos piensen que hay que organizar mejor la inmigración, que no se pueden soportar más tragedias en el mar, pero que tampoco se puede permitir que las fronteras sean asaltadas un día sí y otro también. Y para eso deberían buscar una solución justa y humanitaria los partidos tradicionales, pero no son capaces. Y por eso hablan poco del tema y dejan que los populistas vociferen.