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Análisis

Oportunidad de renovación para la Iglesia católica

Jesús Torquemada

Es una institución que lleva dos mil años ahí porque tiene unas claves que los demás no conocemos. Así que no merece la pena hacer pronósticos.

Cuando un Estado o una organización política pierde a su líder, siempre se dice que es una oportunidad para la renovación. Benedicto XVI, al dar el inédito paso de presentar su renuncia, adelanta la oportunidad para la renovación para la Iglesia católica.

Ya han empezado las especulaciones sobre quién podría ser el sucesor de Benedicto XVI. Se dice que es el momento para elegir a alguien más joven, que entienda mejor los cambios que se están produciendo en la sociedad mundial; pero en el colegio cardenalicio la media de edad es muy elevada.

Se dice también que es el momento de colocar al frente de la Iglesia a algún africano o latinoamericano, teniendo en cuenta que en esos continentes es donde hay ahora más católicos y además donde con más fervor se practica el catolicismo.

También se dice que, teniendo en cuenta el peso de los católicos de Estados Unidos en la financiación de la Iglesia, puede ser el momento de un cardenal estadounidense.

Pero todas esas cosas ya se dijeron también cuando quedó vacante la sede pontificia a la muerte de Juan Pablo II, y sin embargo el elegido fue un europeo de elevada edad.

La Iglesia católica no es exactamente un Estado ni una organización política, aunque reúna algunas de esas características. Es una institución que lleva dos mil años ahí porque tiene unas claves que los demás no conocemos. Así que no merece la pena hacer pronósticos.