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Análisis

Siria y la película de Irak

Jesús Torquemada

Redacción

La discusión que se está produciendo ahora es la misma que se produjo en las semanas previas a la invasión de Irak por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña.

Que si hay o no hay armas químicas, que si las pruebas de que esas armas existen son sólidas o no, que si hay que dar más tiempo a los inspectores de la ONU o la misión de estos tiene que acabar ya, que si el Derecho Internacional legitima o no legitima una intervención, que si el Consejo de Seguridad de la ONU autoriza o no autoriza un ataque, que yo voy y a ver quién me sigue...

Esta película ya la hemos visto antes. Hace diez años exactamente. La discusión que se está produciendo ahora es la misma que se produjo en las semanas previas a la invasión de Irak por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña.

Hay, claro, unas cuantas diferencias. Una de ellas es que Bush y Blair decidieron invadir Irak con razón o sin ella, y una vez tomada la decisión intentaron fabricar las pruebas que supuestamente demostraban el arsenal químico de Saddam Hussein. Ahora, en cambio, Obama y Cameron no quieren salir en la foto. Creen que hay que darle un castigo al sirio Assad, pero sin demasiado ruido y sin meterse en una guerra total.

Pero, igual que hicieron Bush y Blair, intentan buscar aliados para esa intervención, para que no parezca que están solos. Y la sorpresa es que Estados Unidos ha perdido el apoyo político de su principal aliado, que es precisamente Gran Bretaña. El Parlamento de Londres ha votado en contra de la participación británica en el ataque a Siria, y eso le deja a Obama solo. Pero, al menos, esta votación demuestra que el Parlamento británico ha visto la película de Irak y ha entendido perfectamente que esa película terminó mal.