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Análisis

Suiza cierra las puertas

Jesús Torquemada

Redacción

Alguien tendrá que explicar a los suizos que tú no puedes cerrar todas las puertas y pedir a los demás que tengan las suyas abiertas.

La decisión de los suizos de limitar la entrada de trabajadores extranjeros tendrá consecuencias en sus relaciones con la Unión Europea. Extranjeros, en este caso, no significa solamente africanos o asiáticos; también los alemanes o los franceses se verán afectados por las cuotas de trabajadores extranjeros que se van a implantar en Suiza como consecuencia del referéndum de ayer.

Suiza no es miembro de la Unión Europea; por lo tanto, no está sometida a los reglamentos de la Unión Europea. Pero sí tiene importantes acuerdos firmados con la Unión Europea. Suiza forma parte del Espacio Económico Europeo, gracias a lo cual los productos suizos entran en la Unión sin pagar aduana, y también del Espacio Schengen, gracias a lo cual los suizos circulan libremente por toda la Unión.

La decisión de cerrar las puertas a los trabajadores europeos es legítima y soberana; pero lo que no pueden pretender los suizos es que ellos puedan tener solamente las ventajas de un mercado único y ninguno de sus inconvenientes.

Suiza es un problema para Europa por muchos motivos, entre ellos su famoso secreto bancario, que le convierte en un paraíso fiscal. Alguien tendrá que explicar a los suizos que tú no puedes cerrar todas las puertas y pedir a los demás que tengan las suyas abiertas. Y recordarles que el 60% del comercio lo hace Suiza con la Unión Europea.