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Análisis

La línea roja es Sebastopol

Jesús Torquemada

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, sigue sin decir nada acerca de los últimos sucesos de Ucrania, pero ha ordenado poner en alerta a sus Fuerzas Armadas en todas las regiones cercanas a Ucrania.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, sigue sin decir nada acerca de los últimos sucesos de Ucrania. Bueno, no ha dicho nada con palabras, pero sí lo ha dicho con gestos. Ha ordenado poner en alerta a sus Fuerzas Armadas en todas las regiones cercanas a Ucrania.

Tranquilos, no pasa nada. Moscú avisó previamente de sus intenciones a la OTAN y es una alerta para comprobar la preparación de las tropas, no significa que Rusia vaya a invadir Ucrania mañana ni nada parecido. Es también una medida para consumo interno, para que Putin se haga el duro delante de los rusos.

Pero hay una cosa muy importante que tienen que entender las nuevas autoridades de Ucrania. Y también tiene que entenderla la OTAN, que ya se ha puesto del lado de esas nuevas autoridades. Rusia no puede perder la base naval de Sebastopol, en Crimea, desde donde opera la Flota del Mar Negro rusa. Y no puede perderla por un simple motivo: no tiene ningún otro puerto en el Mar Negro que pudiera albergar esa Flota.

Por lo tanto, mientras el nuevo Gobierno de Ucrania respete el contrato de arrendamiento, por el cual Rusia puede usar esa base durante los próximos 30 años, no pasará nada. Pero por si acaso alguien en Kiev dice que hay que anular ese contrato, Putin ya ha sacado a pasear a su Ejército.