Análisis
Llega el 'Sarkozy de la izquierda'
Jesús Torquemada
Hollande ha decidido perder votos por la izquierda e intentar buscarlos por la derecha.
Aparentemente, los votantes franceses dieron dos mensajes en las elecciones municipales. Los de izquierdas quisieron reprocharle al presidente socialista Hollande que no esté cumpliendo su programa; los de derechas quisieron reclamar más mano dura contra la inmigración.
Al parecer, Hollande solo ha entendido el mensaje de la derecha. Ha nombrado primer ministro a Manuel Valls porque éste ha conseguido una gran popularidad como ministro del Interior. Y ha logrado esa popularidad por hacer algo que le pedía la extrema derecha, no la izquierda: expulsar a los gitanos rumanos.
Así que, aparentemente, Hollande ha decidido perder votos por la izquierda e intentar buscarlos por la derecha, lo cual es un suicidio político.
Valls no actúa como si fuera de derechas solo en temas de inmigración, sino también en temas sociales. Propone, por ejemplo, eliminar las 35 horas semanales, consideradas por la izquierda como una conquista histórica. Y tendrá que poner en práctica además un programa de recorte de gastos de 50.000 millones de euros, al que Hollande se ha comprometido con sus socios europeos.
Hollande llegó al Elíseo propulsado por una ola de votos izquierdistas, pero ahora se deja arrastrar por la resaca derechista. Si eso es lo que quiere, parece que ha elegido bien a su nuevo primer ministro. Las malas lenguas le llaman a Valls "el Sarkozy de la izquierda".