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Análisis

Obama y el fantasma de Irak

Jesús Torquemada

Redacción

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se encuentra en una situación difícil con respecto a Irak.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se encuentra en una situación difícil con respecto a Irak.

Los soldados estadounidenses se marcharon de Irak hace año y medio, poniendo fin así a la invasión ordenada por George Bush en 2003. Obama no puede volver a enviar a esos soldados a Irak. Va a reforzar el contingente de tropas que protege la embajada estadounidense en Bagdad, pero no puede enviar miles de soldados.

Eso sería el fracaso absoluto de su Presidencia, porque uno de los pocos logros que puede exhibir es, precisamente, la retirada de Irak y la que va a llevar a cabo el año que viene en Afganistán.

Pero ahora el Gobierno iraquí le ha pedido a Obama que lance ataques aéreos para detener el avance de los yihadistas suníes. Eso sí lo puede hacer Obama diciendo, al mismo tiempo, que no está enviando soldados en sentido estricto.

Sin embargo, no está claro que a Estados Unidos le convenga que el presidente iraquí, Nuri Al Maliki, siga en el poder. Al Maliki, que es chií, gobierna de manera sectaria, beneficiando a los chiíes y perjudicando a los suníes. Esto explica por qué los suníes ayudan a los milicianos yihadistas.

A Washington no le conviene una victoria de estos yihadistas, pero tampoco le interesa seguir sosteniendo a un presidente que no es capaz de estabilizar Irak. Por eso Obama se lo tiene que pensar bien.

Estados Unidos nunca se va a librar del fantasma de Irak.