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Análisis

La trama secreta del expresidente Sarkozy

Jesús Torquemada

Redacción

El caso Sarkozy reúne casi todos los ingredientes de la corrupción política.

El caso Sarkozy reúne casi todos los ingredientes de la corrupción política.

El origen del asunto es la financiación subterránea de la campaña electoral de 2007, en la que Sarkozy recibió dinero de personajes tan diversos como el libio Gadafi, ya desaparecido, y la dueña del imperio L’Oréal, Liliane Bettencourt.

Y cuando la justicia empezó a investigar el origen de ese dinero, Sarkozy y sus abogados tejieron una trama para dificultar las investigaciones. Compraron a dos fiscales de la Corte de Casación, equivalente al Tribunal Supremo, para que les tuvieran al corriente del avance del proceso. Y montaron una red de espionaje propia. Sarkozy llegó a tener un teléfono móvil secreto, registrado con el nombre ficticio de Paul Bismuth, para hacer y recibir las llamadas relacionadas con esa trama.

Todo eso ha ido saliendo a la luz mediante filtraciones a los medios de comunicación y al final los jueces han reunido pruebas suficientes como para imputar a Sarkozy por tres delitos graves. No le ha valido de nada su condición de expresidente de la República, porque va a ser procesado como cualquier ciudadano.

Quizá sí le han tratado un poquito mejor al evitarle la humillación de tener que dormir en comisaría. El régimen de arresto francés, llamado allí “garde à vue”, permite que la estancia en comisaría se prolongue hasta 48 horas. Sarkozy ha pasado solo 14, pero seguro que han sido las más largas de su vida.