Análisis
La batalla de Jerusalén
Jesús Torquemada
Redacción
Tiene razón Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israelí: esto es una batalla por el control de Jerusalén.
Tiene razón Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israelí: esto es una batalla por el control de Jerusalén. Pero esa batalla no comenzó con el ataque a la sinagoga de ayer, ni con los atentados del último mes, ni con los incidentes callejeros que se producen un día sí y otro también.
Comenzó hace mucho tiempo, cuando Israel puso en marcha una estrategia para convertir Jerusalén en una ciudad casi exclusivamente judía y privarla de su identidad musulmana.
Históricamente, los judíos estaban en la parte occidental de la ciudad y los musulmanes en la oriental. Pero, desde hace más de dos décadas, la parte musulmana de Jerusalén está siendo rodeada por colonias judías. Y los israelíes están consiguiendo su objetivo.
Hace 65 años, cuando se creó el Estado de Israel, la población de Jerusalén era dos tercios musulmana y un tercio judía. Ahora es exactamente al revés. A los palestinos esto les causa una rabia enorme, que se expresa a veces en atentados como el de ayer.
No estamos todavía en una intifada, porque la Autoridad Nacional Palestina no la ha convocado; es más, la está frenando. Pero no es descartable, sino que es bastante probable, que la batalla de Jerusalén vuelva a producir nuevos episodios sangrientos en breve.