Análisis
Ferguson, un símbolo para los negros estadounidenses
Jesús Torquemada
Esta ciudad de Missouri va camino de convertirse en un símbolo para los negros estadounidenses casi tan poderoso como lo fue Selma, en Alabama, hace 50 años.
Ferguson, en Missouri, va camino de convertirse en un símbolo para los negros estadounidenses casi tan poderoso como lo fue Selma, en Alabama, hace 50 años. En Selma, Martin Luther King encabezó la marcha para reclamar los derechos de los negros; en Ferguson, no hay un líder, pero sí un eslogan: "Las vidas de los negros también son importantes".
La discriminación racial sigue muy presente en Estados Unidos. Uno de los campos en los que más se nota es el de la violencia policial. En Ferguson, hace un año, el joven negro Michael Brown iba desarmado y murió por disparos de un policía blanco, Darren Wilson. Meses después, Wilson fue absuelto por un jurado. Desde entonces, más de 10 casos semejantes han saltado a los medios de comunicación, y hay muchos más que ni siquiera se convierten en noticia.
Las estadísticas demuestran que el número de jóvenes negros que mueren por disparos de policías blancos no es normal, que ahí pasa algo: un prejuicio racial que hace que los policías blancos siempre piensen que los jóvenes negros son sospechosos. Y, además, las estadísticas también demuestran que el número de policías negros es muy inferior a lo que les correspondería por su proporción demográfica. Y todo esto ocurre cuando hay un presidente, Barack Obama, y una fiscal general, Loretta Lynch, que son afroamericanos. Es verdad, por tanto, que hay negros estadounidenses que pueden llevar una vida cómoda y hasta ocupar altos cargos, pero también lo es que en la vida diaria la discriminación contra la que luchó Martin Luther King sigue estando ahí.