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Análisis

Los funcionarios griegos paralizan el país

Pedro García Larragan

Radio Euskadi

Grecia debe ya bastante más de lo que todo el país es capaz de producir en un año; y durante años ha ocultado esa realidad a la UE. Esta situación podría arrastrar a países en apuros como España.

"Hemos pasado una crisis bancaria y otra empresarial; ahora temo una crisis social". Lo dijo ayer el ex ministro japonés de economía, uno de los economistas más influyentes del mundo. Y por lo que estamos viendo en Grecia, algo de eso pudiera ocurrir.

Los funcionarios griegos han puesto hoy el país patas arriba: huelga masiva, que afecta a aeropuertos, transporte, hospitales públicos, escuelas y todos los organismos públicos. Protestan por el programa de recortes anunciado por el Gobierno socialista, que anuncia rebajas de hasta un 20% en el sueldo a los funcionarios; fin de la contratación pública y prolongación de la vida laboral por decreto hasta los 63 años: 2 años más hasta la jubilación.

Todo para reducir un déficit escalofriante: Grecia debe ya bastante más de lo que todo el país es capaz de producir en un año; y durante años ha ocultado esa realidad a la Unión Europea. Destapado el agujero, casi nadie se cree que Grecia pueda gestionar sola su salida. Y lo que es peor, temen un efecto arrastre, que se lleve por delante la credibilidad del euro y de otros países en apuros, como España y Portugal. Como el dominó, si una ficha cae...

La UE prepara un plan de rescate conjunto, que podría discutirse mañana y el fin de semana en Bruselas, durante la cumbre europea. El primer ministro griego, reunido hoy con el presidente Francés Nicolás Sarkozy, ha dicho en París: o todos contibuímos, o Grecia se hunde en su deuda.

La huelga masiva de los funcionarios públicos augura una época de graves conflictos sociales. La policía ha intervenido ya en el centro de Atenas. Paradojas de la historia moderna: una revuelta social contra un Gobierno socialista.