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Garzón imputa a dos empresarias por pagar voluntariamente a ETA

Redacción

Se trata de las hermanas Bruño Azpiroz, acusadas de pagar 6.000 euros de forma voluntaria. También imputa al empresario Luis Amenabar, por no haber denunciado haber recibido las cartas de extorsión.

El juez Baltasar Garzón ha decidido procesar a las hermanas María Isabel y Blanca Rosa Bruño Azpiroz acusadas de pagar 6.000 euros de forma voluntaria a ETA y a Luis Amenabar Alday por no haber denunciado haber recibido cartas de extorsión. Da la casualidad de que la empresa de Amenabar fue víctima de un atentado de ETA, en 2008.

En un auto, el magistrado del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, además de dictar estos tres procesamientos, retira, por haber prescrito, las imputaciones contra otros catorce empresarios vascos a los que reprochaba no haber denunciado en su momento las cartas de extorsión que recibieron.

Las hermanas Blanca Rosa y María Isabel Bruño Azpiroz, gerente y consejera de la empresa familiar Andrés Bruño e Hijos S.L., dedicada a la comercialización de angulas y marisco, fueron detenidas en marzo del año pasado acusadas de colaborar con ETA por haber pagado voluntariamente 6.000 euros. Posteriormente quedaron en libertad bajo fianza de 20.000 euros.

La familia Bruño negó que los pagos hubieran sido hechos de forma voluntaria, asegurando que habían sido víctimas de reiteradas amenazas a la empresa familiar.

En el auto se reproduce una carta, fechada en abril de 2008, en la que ETA agradece a las empresarias su "aportación" y "evocando su patriotismo" las anima "a que en el futuro sigan realizando aportaciones económicas al proceso de liberación".

La misiva fue hallada en la documentación intervenida tras el arresto el 20 de mayo de ese año en Burdeos (Francia) de Francisco Javier López Peña, ''Thierry'', y otros presuntos miembros de ETA.

Según señala Garzón, "este formato de carta es diferente en el contenido y en la forma a las cartas que normalmente utiliza ETA cuando se trata de extorsiones". El pago, siempre según el auto de procesamiento, se habría realizado por una vía que no consta entre julio de 2003 y 2008.

En la causa aparecen otros quince empresarios vascos que habrían recibido cartas de extorsión de ETA. A todos ellos, el juez Garzón no les aprecia indicios de colaboración con ETA "por cuanto los pagos, en los casos en los que se hicieron, no fueron voluntarios".

En todo caso, Garzón da por prescrito el delito en todos los casos, ya que las cartas se recibieron probablemente entre 1995 y 2004, excepto en el del constructor Luis Amenabar Alday, ya que al parecer recibió una segunda misiva extorsionadora en 2007.

Bomba contra Amenabar Construcciones

Da la casualidad de que, en junio de 2008, una bomba colocada junto a las oficinas de la empresa Amenabar de Zarautz, causó tres heridos leves, dos ertzainas y un vecino, y daños en la fachada del edificio.

ETA alertó de la colocación del artefacto una hora antes.

La empresa Amenabar ya había sido objeto de otro atentado de ETA perpetrado el 12 de mayo del mismo año, cuando ETA hizo explotar en Hernani dos bombas en sendas excavadoras de esta compañía.

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