Análisis
Jugando a la guerra en el jardín del vecino
Jesús Torquemada
Redacción
El Gobierno francés ha creado un fondo para indemnizar a las personas que sufrieron enfermedades a causa de los ensayos nucleares que realizó en Argelia y la Polinesia.
El Gobierno francés ha comenzado a reconocer su responsabilidad en los ensayos nucleares que realizó en Argelia y la Polinesia. Ha creado un fondo para indemnizar a las personas que sufrieron enfermedades a causa de aquellos ensayos.
Además, un informe publicado por la prensa señala que en una de las pruebas en Argelia los soldados franceses fueron expuestos a propósito a la radiactividad. El objetivo era comprobar la capacidad de reacción de los soldados tras una explosión atómica.
El Ministerio de Defensa ha quitado importancia a esa información, pero no la ha desmentido. Francia efectuó 17 pruebas de bombas atómicas en Argelia. Después, cuando ese país se independizó de Francia, siguió haciéndolas en la Polinesia Francesa hasta 1996, cuando abandonó esa práctica.
En total, 210 explosiones de bombas atómicas simplemente para probarlas. Pocas en comparación con las más de mil que hicieron la Unión Soviética y Estados Unidos, donde, por cierto, también se han documentado casos en los que se emplearon soldados como cobayas para investigar los efectos de la radiación.
La diferencia es que esos dos países hicieron las explosiones en sus territorios, y Francia las hizo en territorios ajenos. Por eso, no basta con que indemnice a sus propios soldados, sino que también deberá indemnizar a los argelinos y polinesios afectados por las fugas radiactivas.