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ANÁLISIS

La guerra de Hollande

Jesús Torquemada

Hollande dijo el viernes que Francia está en guerra contra el Daesh y todos los pasos que está dando son, efectivamente, como si fuera una guerra.

La decisión de Francia de pedir ayuda a sus socios de la Unión Europea después de los ataques de París es de una gran trascendencia. Es la primera vez que un país europeo pide la aplicación del artículo 42.7 del Tratado de la Unión, que estipula que si un Estado miembro es víctima de una agresión en su territorio, los demás socios deberán ayudarle. Eso no significa, necesariamente, que todos deban ir a bombardear las posiciones del Daesh en Siria, pero sí pueden, por ejemplo, colaborar con aviones de transporte, armamento o información de espionaje.

También pueden hacer la vista gorda ante el descontrol del déficit público de Francia. Si Francia aumenta su gasto militar, no cumplirá esos objetivos de déficit. Otra cosa que pueden hacer los europeos es echar una mano a Francia en las intervenciones militares francesas en África, para que así París pueda concentrar sus fuerzas en la guerra contra el califato.

Es sorprendente que Francia haya activado la cláusula de ayuda mutua de la Unión Europea, en lugar de recurrir directamente a la OTAN, que al fin y al cabo es una organización militar. Pero es que el presidente Hollande está haciendo muchas cosas sorprendentes, como buscar rápidamente la alianza con Rusia para atacar conjuntamente al Estado Islámico. El ruso Putin ha aceptado encantado esa petición de amistad, puesto que le sirve para mejorar su imagen en Europa.

Hollande dijo el viernes que Francia está en guerra contra el Daesh y todos los pasos que está dando son, efectivamente, como si fuera una guerra.