No somos tan distintos... genéticamente

Los vascos no somos tan distintos de otros habitantes de la península Ibérica. Al menos, genéticamente.

Un reciente estudio de la Universidad Pompeu Fabra sostiene que existen más diferencias entre vascos de ambos lados de los Pirineos que entre los actuales habitantes de Euskadi y los de Valencia o Extremadura.

Hace 20 años, uno de los investigadores que firma estas conclusiones, Jaume Bertrandpetit, abogó en cambio por la teoría del aislamiento de los vascos.

1991. Ese puede ser un año clave. El desarrollo de nuevas técnicas abre paso a renovadas interpretaciones sobre unos mismos individuos. Se descarta así el RH, un marcador clásico presente en la sangre. Un indicador que se margina por su carácter cambiante dada su relación con el sistema inmunológico. El desarrollo de las técnicas de secuenciación permiten analizar un número mayor de marcadores genéticos.

Un marcador sería un segmento, una parte de ADN, dentro de su propio sitio en un cromosoma y cuya herencia se puede rastrear. Eso sí, puede tener función o no. Puede ser un gen, es decir, la secuencia de ADN que constituye la unidad de transmisión de caracteres hereditarios o puede ser alguna sección del ADN sin función conocida.

Y evidentemente el número de marcadores genéticos analizados es importante. Por ejemplo, hace tan sólo un año, otro estudio no encontró diferencia entre franceses, españoles y pueblos del Norte de África. Sin embargo, la investigación de la Pompeu Fabra se basa en 300.000 marcadores extendidos por todo el genoma.

Los llaman Snips y de su estudio se puede concluir el origen de una persona o el riesgo de padecer una enfermedad. En este estudio se analizan incluso partes del genoma –esto es, del conjunto de cromosomas de una célula- que no tienen función así que se supone que se mantienen inalterables.

Pues bien, después de estudiar estos Snips, los científicos sostienen que no existe una variación genética que se corresponda con una estructura geográfica clara. De hecho, los extremeños y valencianos son los que menos se parecen genéticamente al resto de españoles.