Análisis
El gesto de Hollande es necesario, pero no suficiente
Jesús Torquemada
La decisión de no presentarse como candidato no basta para garantizar el pase de la izquierda a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
El gesto de Hollande no es suficiente. Era necesario, pero no basta. No garantiza el pase de la izquierda a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, el próximo abril. Si el actual presidente hubiera querido volver a presentarse, el desastre era seguro. Hollande es tan impopular que algunas encuestas le situaban hasta en el quinto puesto en la primera vuelta. Pero, a estas alturas, todo indica que el Partido Socialista, presente al candidato que presente, quedará tercero en la primera vuelta, y eso significa que no podrá ganar, porque a la segunda vuelta solo pasan los dos primeros candidatos. Haría falta una unión de toda la izquierda, socialistas, comunistas y ecologistas, ya desde la primera vuelta, pero eso a día de hoy parece imposible.
Mientras tanto, el Partido Socialista celebrará las primarias para elegir a su candidato a finales de enero. Va a ser una pelea entre dos opciones ideológicas muy marcadas. Una muy de izquierdas, representada por Arnaud Montebourg, y otra más de derechas, encarnada en el actual primer ministro Manuel Valls. Pero lo dicho: el que sea necesitará el apoyo de otras fuerzas de izquierda o lo tendrá difícil para llegar al Elíseo.