Análisis
El petrolero Donald Trump
Jesus Torquemada
El nuevo presidente ha decidido autorizar la construcción de dos oleductos paralizados por Obama. Los ecologistas y los sioux están en contra.
Donald Trump no cree que se esté produciendo un cambio climático y criticó duramente las medidas que tomó su predecesor, Obama, para desarrollar las energías renovables. Así que no extraña que una de sus primeras decisiones haya sido autorizar la construcción de dos oleoductos que fueron paralizados por Obama. Esos oleoductos servirán para transportar petróleo extraído mediante el método de la fragmentación hidráulica ("fracking"), y por eso se oponen los ecologistas.
En el caso de uno de ellos, se oponen también los sioux, porque atraviesa territorios sagrados para ellos y porque puede ser un riesgo para su abastecimiento de agua. Pero ya sabemos que Trump desprecia a los estadounidenses que no son blancos, así que lo que digan los sioux le importa un comino.
Trump ha vendido su decisión como una medida a favor de los intereses de Estados Unidos: "usaremos trabajadores estadounidenses que colocarán tubos hechos con acero estadounidense", ha dicho. Con eso, ya queda todo justificado. Cuando anuncie el muro con México, dirá que lo construirán trabajadores estadounidenses con cemento estadounidense. Y le aplaudirán. ¿Y cuando inicie una guerra diciendo que la harán soldados estadounidenses con cañones estadounidenses?