Análisis
Un referéndum por culpa de otro referéndum
Jesús Torquemada
redacción
May dice que otro referéndum no es necesario, ni lo pide la mayoría de los escoceses, y además crea división. Pues que vaya y se lo cuente a su predecesor, el también conservador David Cameron.
La primera ministra conservadora británica, Theresa May, dice que otro referéndum de independencia en Escocia no es necesario, ni lo pide la mayoría de los escoceses, y además crea división.
Pues que vaya y se lo cuente a su predecesor, el también conservador David Cameron, que fue el que convocó el referéndum del Brexit, a pesar de que no era necesario, no lo pedía la mayoría de los británicos y, evidentemente, ha creado división.
Y no solo eso, el referéndum del Brexit creó un problema enorme donde no lo había. En el referéndum del Brexit, el pasado junio, el 62% de los escoceses votó a favor de permanecer en la Unión Europea.
En septiembre de 2014, los escoceses eligieron quedarse dentro del Reino Unido por una mayoría de un 55%, frente al 45% que optaron por la independencia.
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, del Partido Nacional Escocés, dice que muchos de los escoceses que optaron por quedarse en el Reino Unido daban por supuesto que eso implicaba también quedarse en la Unión Europea; y que, si les hubieran avisado de que quedándose en el Reino Unido podían encontrarse fuera de la Unión Europea, quizá habrían votado otra cosa.
May va a tener muy difícil rebatir esos argumentos de Sturgeon.