Análisis
El precedente de Montenegro
Jesús Torquemada
Hay un precedente interesante de intervención de la Unión Europea en un referéndum de independencia: el de la separación de Montenegro de Serbia en 2006.
Hay un precedente interesante de intervención de la Unión Europea en un referéndum de independencia: el de la separación de Montenegro de Serbia en 2006.
Ninguno de los dos era miembro de la Unión Europea, ni lo es todavía. La Unión Europea no veía conveniente esa separación, pero estableció un criterio. Si en el referéndum de Montenegro participaba la mitad del censo y el “sí” a la independencia conseguía el 55 % de los votos, la Unión Europea reconocería a Montenegro.
Si no salía ese resultado y, a pesar de todo, los montenegrinos decidían proclamarse independientes, la Unión Europea no les reconocería. El “sí” ganó con el 55,4 % y participó más de la mitad del censo, por lo que la Unión Europea reconoce hoy a Montenegro. También Serbia aceptó esas reglas del juego y, aunque a regañadientes, se resignó a la separación de Montenegro.
La mayoría cualificada, es decir, un 55 % o un 60 %, tiene una importante ventaja frente a la mayoría simple, es decir, más votos sí que no. Sobre todo si se trata de algo tan importante e irreversible cono hacer un país nuevo. El que gana ha ganado con claridad, hay suficiente consenso como para construir ese nuevo país.
El que pierde ha perdido con claridad, si protesta es porque es un mal perdedor. Hoy por hoy, estamos lejos de que todos los estados de la Unión Europea se pongan de acuerdo para establecer un criterio común en este tema, pero la propuesta del lehendakari Urkullu tiene sustancia.