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Análisis

El sueño americano de Trump

Jesús Torquemada

El presidente estadounidense quiere hacer creer que en tan solo un año EE.UU ha pasado de estar muy mal a estar muy bien. El sueño americano, tal como Trump lo concibe, no es para todos.

Donald Trump basó su campaña electoral en la idea de que Estados Unidos ha perdido fuerza en el mundo, que los tratados comerciales con otros países son perjudiciales para Estados Unidos y que Estados Unidos tiene que volver a ser grande. Ahora, el presidente Trump, en su discurso sobre el estado de la Unión, ha deslizado la idea de que Estados Unidos es el mejor país del mundo.

Curiosa transformación: en solo un año, de estar muy mal a estar muy bien. O exageraba hace un año, o exagera ahora. Pero esa es precisamente la esencia del populismo de Trump: primero les hizo creer a los estadounidenses que tenían que volver a ser grandes y que para eso le necesitaban a él. Ahora les quiere hacer creer que, en solo un año de mandato de Trump, ya todo el mundo puede cumplir el "sueño americano": "Si trabajas duro, si crees en ti mismo y en Estados Unidos, puedes ser lo que tú quieras", ha dicho. Pero, al mismo tiempo, Trump les cierra las puertas a los "dreamers", a los "soñadores", a esos jóvenes que llegaron a Estados Unidos de niños y a los que Trump quiere ahora echar porque no tienen papeles. Pese a lo que dice Trump, el sueño americano, tal como él lo concibe, no es para todos.