Las bombas de Trump

El envío de varios paquetes-bomba ha causado una conmoción en Estados Unidos porque se produce en plena campaña electoral. El 6 de noviembre los estadounidenses votan en unas elecciones legislativas que, en cierta forma, son también un referéndum sobre Trump.

Es posible que estos paquetes-bomba sean obra de un individuo aislado; uno de esos idiotas que entran a tiros en escuelas, iglesias o conciertos, y que tanto abundan en Estados Unidos. Pero es inevitable hacer una lectura política.

Los destinatarios de los paquetes son todos enemigos de Trump; para ser exactos, personas y organizaciones a las que Trump ha calificado de “enemigos del pueblo”. La derecha trumpista ha acusado a Hillary Clinton, George Soros y la CNN de todo: de pedófilos, de antipatriotas, de ayudar a los inmigrantes para que invadan el país y cosas parecidas. Trump les ha señalado sistemáticamente con el dedo.

El presidente ha instalado un discurso de odio muy peligroso, que puede quedarse en las simples palabras o puede incitar a actuar contra el “enemigo”. Todo indica que al menos un seguidor de Trump ha decidido actuar.