Análisis
Francia se pone el chaleco
Jesús Torquemada
Para los franceses de clase media-baja la subida del precio de los combustibles ha sido la gota que colma el vaso. Sienten que Macron les trata con desprecio.
Francia está sumida en una crisis política muy grave y, además, complicada de resolver. El movimiento de los "chalecos amarillos" no tiene ningún líder, ni individual ni colectivo. No hay nadie que pueda hablar en nombre de todos los "chalecos amarillos". Por lo tanto, si el Gobierno quiere negociar, no tiene con quién hacerlo.
En principio, el origen de la crisis es la decisión del Gobierno de imponer una ecotasa al diesel a partir del primero de enero. Es una de las medidas con las que el Gobierno intenta cumplir el Acuerdo de París contra el cambio climático; subir el precio de los combustibles contaminantes es una forma de obligar a reducir su uso. Pero para los franceses de clase media-baja y para los que están cerca del nivel de la pobreza ha sido la gota que colma el vaso. Para ellos, es otra pérdida de poder adquisitivo, y ya han perdido mucho.
Además, sienten que el presidente, Emmanuel Macron, no se preocupa por ellos e incluso les trata con desprecio. Y es que, en efecto, Macron mira muy arriba, quiere arreglar el cambio climático, y la Unión Europea, y el futuro de Francia, y el libre comercio mundial, pero no mira a lo que sucede a ras de suelo.