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ANÁLISIS

Maduro no tiene intención de ceder

JESÚS TORQUEMADA

Nicolás Maduro no va a convocar elecciones. Dice que las elecciones presidenciales ya se celebraron el pasado mayo y que él las ganó.

La abstención fue la más grande desde 1957; solo fue a las urnas el 45% del electorado. La oposición no participó, por entender que no se daban las condiciones para unas elecciones libres. Y más de cincuenta gobiernos, incluidos los europeos y casi todos los americanos, no reconocieron esas elecciones, pero Maduro insiste en que él es el presidente legítimo.

Ni va a convocar elecciones ni va a dimitir. El aislamiento internacional no le importa; le basta con el apoyo de Rusia y Cuba para aguantar. Y que la economía empeore tampoco le importa: ya está completamente hundida, no puede ir a mucho peor.

Por tanto, Maduro no se va a marchar. Y solo puede caer por dos causas. Una, que la oposición logre organizar manifestaciones gigantescas y continuadas; pero ese escenario ya se vivió en 2017 y Maduro logró reprimir ese movimiento. La segunda causa, la más decisiva, sería que los militares se pusieran contra Maduro.

A día de hoy, la cúpula militar ha expresado claramente su respaldo a Maduro. Puede haber algunas sublevaciones pequeñas, en algún cuartel, como las que ya se han producido antes, pero de momento el ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino, tiene a las Fuerzas Armadas controladas a favor de Maduro.