El regreso de los yihadistas europeos

Europa se enfrenta a otro problema relacionado con el Estado Islámico precisamente cuando el califato yihadista ha sido derrotado en Siria. A esa derrota han contribuido decisivamente las Fuerzas Democráticas Sirias, una coalición de kurdos y árabes opuestos al presidente sirio Assad. Ellos son los que han dado los últimos golpes a los yihadistas, para lo cual han contado con una importante ayuda militar de Estados Unidos.

Los kurdos tienen bajo su custodia a miles de prisioneros yihadistas. De ellos, en torno a mil son extranjeros, procedentes de unos cuarenta países. Muchos militantes yihadistas de países musulmanes fueron a Siria a hacer la guerra santa junto a los yihadistas sirios e iraquíes; pero también hay una cantidad importante de yihadistas procedentes de Europa. Los kurdos dicen que no se pueden hacer cargo de ellos, que deben ser aceptados por sus países de origen para ser sometidos a juicio.

Trump les ha dado la razón y ha pedido a los países europeos que se hagan cargo de sus ciudadanos yihadistas. Eso plantea un problema triple: hay que asegurarse de que al volver no van a ser una amenaza para la seguridad, hay que organizar unos juicios bastante complicados y hay que garantizar que vuelvan a ser ciudadanos integrados en la sociedad cuando cumplan sus penas. Un gran desafío.