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Análisis

Bolivia partida en dos

Jesús Torquemada

El llamamiento de Evo Morales a evitar una guerra civil en Bolivia no lo ha hecho porque sí; es que realmente ese peligro existe.

El llamamiento de Evo Morales a evitar una guerra civil en Bolivia no lo ha hecho porque sí; es que realmente ese peligro existe. Las cosas se van aclarando poco a poco: es la extrema derecha la que tiene una influencia mayor en el nuevo Gobierno. Esa extrema derecha tiene su base en la región de Santa Cruz, fronteriza con Brasil. Una región en llanura, en comparación con las montañas del Altiplano. En el Altiplano boliviano, a más de 3.000 metros de altura, la mayoría de la población es indígena, de las ramas quechua o aymara. En el Altiplano están los principales recursos mineros de Bolivia; pero en Santa Cruz están los recursos agrícolas y los yacimientos de gas.

La población de Santa Cruz es más blanca o mestiza, los quechuas y los aymaras tienen allí menos presencia. En general, quechuas y aymaras están con Evo Morales, aunque con excepciones. En la región de Potosí, por ejemplo, ha habido grandes protestas contra Morales, a pesar de estar en zona indígena. En general también, los blancos y mestizos están contra Morales. Y un detalle más: entre los blancos de Santa Cruz ha tomado fuera un movimiento cristiano conservador, con evangelistas y católicos, que reivindican la cruz y rechazan las creencias indígenas, como la Pachamama, por paganas. Está claro que hay dos Bolivias enfrentadas y que el peligro de guerra es grande.

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