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Análisis

El Gran Hermano es chino

Jesús Torquemada

Toda China está llena de cámaras, y, además, a la gente le sacan fotografías o le toman las huellas dactilares para hacer muchas actividades normales; por ejemplo, para entrar en algunos parques.

Un grupo de periódicos de todo el mundo ha conseguido documentos que demuestran la represión que ejerce Pekín contra la minoría uigur. Los uigures, que son musulmanes, viven en Xinjiang, la región de China que hace frontera con Asia Central.

El control de esa región es fundamental para la Nueva Ruta de la Seda, un proyecto estratégico que impulsa el presidente chino, Xi Jinping. Los uigures considerados sospechosos de nacionalismo o de islamismo son internados en campos de reeducación, parecidos a los que había en la época de la Revolución Cultural.

La represión se ejerce gracias a un sistema sofisticado de vigilancia electrónica que incluye el control de los teléfonos móviles y la presencia de miles de cámaras en la calle. China ha desarrollado un sistema de reconocimiento facial que permite identificar instantáneamente a miles de personas.

Toda China está llena de cámaras, y, además, a la gente le sacan fotografías o le toman las huellas dactilares para hacer muchas actividades normales; por ejemplo, para entrar en algunos parques nacionales o para comprar entradas de espectáculos.

El sistema chino de reconocimiento facial es, sin duda, el más avanzado del mundo y no falta mucho tiempo para que el Gobierno chino pueda controlar a prácticamente toda su población. El Gran Hermano es chino.